SIERVOS O AMIGOS: Capitulo 12

 

ENEMIGO A AMIGO!”

El título de este capítulo viene del mensaje lleno de júbilo que Pablo les envió a los creyentes de Corinto. Acababa de atravesar ese largo y doloroso período de hostilidad y desconfianza con los miembros de la iglesia de Corinto. Algunos de ellos hasta habían comenzado a considerar al apóstol como su enemigo. Pero los esfuerzos piadosos de Pablo para reconciliarlos finalmente habían prosperado, como se describe en el capítulo 3 de su segunda epístola. En el fulgor de la unidad y amistad restauradas, Pablo les escribió estas palabras, registradas en el capítulo 5:

“Por lo tanto, el que está unido a Cristo es nueva persona. Las cosas viejas pasaron; lo que ahora hay, es nuevo. Todo esto es obra de Dios, quien por medio de Cristo nos puso en paz consigo mismo y nos dio el encargo de poner a todos en paz con él. Es decir, en Cristo, Dios estaba poniendo al mundo en paz consigo mismo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje. Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que se pongan en paz con Dios”.1

La versión en inglés de “Good News Bible”, que el autor ha usado, dice así:

“Cuando uno está unido a Cristo, es una nueva persona; el ser antiguo ha pasado, el nuevo ha venido. Todo esto es obra de Dios, quien mediante Cristo nos cambió de enemigos en sus amigos y nos dio la tarea de hacer también a otros amigos de él. Nuestro mensaje es que Dios estaba amistando a toda la humanidad mediante Cristo. Dios no guardaba el registro de sus pecados, y nos ha dado el mensaje que nos dice cómo los transforma en amigos.

“Aquí estamos, hablando por Cristo, como si Dios mismo les rogara a través de nosotros. Les rogamos en nombre de Cristo: permitan que Dios les cambie de enemigos a sus amigos”.

 

En este pasaje la expresión “hacer amigos” o “transformar en amigos”, es la palabra griega que a menudo se traduce como “reconciliación”.

 

¿Quieres decir que PUEDO volver a casa?

Una de las parábolas más memorables del Señor se refiere a la reconciliación. Jesús contó la historia del hijo que había gastado su vida y la parte de la herencia que recibió de su padre en desenfrenada indulgencia. Ahora sin un centavo y hambriento, encontró empleo cuidando cerdos.

Mientras languidecía allí en la porqueriza, comenzó a recordar cuán bueno había sido todo en su hogar, y pensaba en alguna manera de persuadir a su padre ofendido a que le permitiese volver. Habría sido muy diferente su pensamiento si hubiera sabido que su padre por mucho tiempo había estado vigilando el camino para ver si avistaba a su hijo que retornaba. Desafortunadamente el hijo no conocía muy bien a su padre.

Comenzó a pensar en cómo persuadir a su padre que le permitiese la entrada cuando llegara a la puerta. Pensaba que su padre con razón podría estar muy airado con él. Quizás sería mejor ver primero a su madre, y ella podría ayudarlo a convencer al padre para que lo perdonara, y que le diera una oportunidad más.

Además, pensaba en todo ese dinero que había malgastado. Tendría que encontrar cómo reponerlo.

“Sé lo que voy a hacer”, decidió el hijo. “Le pediré que me trate como a uno de sus jornaleros”. Con este pensamiento comenzó su camino de regreso al hogar, practicando su discurso en el camino.

Si él hubiera mirado atentamente en dirección a la casa, quizás habría divisado a su padre oteando el camino. “Y cuando aún estaba lejos su padre lo vio venir, y se enterneció. Corrió, se echó sobre su cuello, y lo besó.

“Y el joven le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo . . .’

“Pero el padre les dijo a sus siervos: ‘¡Pronto! Sacad el mejor vestido y vestidlo. . . . Y comamos y hagamos fiesta.

“Porque este mi hijo estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y ha sido hallado’ ”.2

Por fin el hijo había aprendido la verdad acerca de su padre. No tuvo, siquiera, que terminar su discurso. Cuando el pródigo estuvo en los brazos de su padre, estaba seguro de que no necesitaba hacer nada para reconciliarse con su padre. Su padre lo había perdonado mucho antes. Pero tuvo que volver al hogar para llegar a saberlo. Ahora el perdón de su padre lo impulsó a un arrepentimiento verdadero y a la reconciliación.

El hermano mayor era simplemente un siervo.

Cuando la algarabía de la fiesta llegó a los oídos del hermano mayor, protestó de que no se había hecho justicia.

Se quejó al padre diciendo: “ ‘Hace tantos años que te sirvo, sin haberte desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.

“ ‘Y ahora que vino tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has matado para él el becerro grueso’.

“Entonces el padre le dijo: ‘Hijo, tú siempres estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.

“ ‘Pero era necesario hacer fiesta y alegrarnos, porque tu hermano estaba muerto, y ha revivido; estaba perdido, y ha sido hallado’ ”.3

Con su preocupación por la justicia —como muchas veces sucede con los que son meros siervos— el hermano mayor se negó a asistir a la fiesta. La parábola no nos indica si alguna vez cambió de actitud.

 

El Padre siempre ha sido nuestro Amigo

Reconciliación quiere decir cambiar los enemigos en amigos. Pero así como lo presenta la parábola del hijo pródigo, en ningún lugar de la Biblia se sugiere que el Padre mismo necesita ser reconciliado. El Padre celestial nunca ha sido el enemigo de sus hijos desobedientes. La hostilidad y el alejamiento siempre han estado de nuestra parte.

A través de los siglos, muchos creyentes siervos, en su preocupación por su situación legal con relación a su Maestro y con el temor de que hayan hecho que su Señor se vuelva contra ellos, han llegado a creer que la reconciliación tiene que ser de ambas partes. Pero como se lo explicó Jesús a sus discípulos justamente antes de salir hacia la cruz, no hay ninguna necesidad de cambiar la actitud del Padre para con sus hijos pecadores. El los ama como los ama el Hijo.4 Así como Pablo quiso hacerlo muy claro, “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo”.5

 

Jesús habló de la unidad y la amistad de la reconciliación

Inmediatamente después que Jesús hizo la oferta de amistad registrada en Juan 15:15, comenzó a describir la perfecta unidad que existía entre él y su Padre y la citó como ejemplo de la amistad y la armonía que él deseaba para sus discípulos. Escuchen lo que dijo en esa memorable oración registrada en Juan 17.

“No ruego sólo por ellos —oró Jesús, refiréndose a sus discípulos— sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.

“Para que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti. Que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”.6

¿Qué significa estar “en” alguien? Si Jesús está en mí, y yo estoy en él, y él está en su Padre, y su Padre está en él, huelga preguntar quién está en quién, o si realmente alguien está en algún otro.

El estar “en” otra persona ha sido interpretado por muchos como que significa “en unión con”, y ha sido traducido así muchas veces. La unión que desea Dios con sus amigos es tan estrecha que es como si estuvieran el uno en el otro. Aunque somos personas individuales, podemos tener una unión tan estrecha el uno con el otro que es como si fuéramos uno.

La relación del Padre con el Hijo se presenta en la Biblia como el modelo perfecto de completa unidad. “Yo les di la gloria que me diste —oró Jesús a su Padre— para que sean uno, así como nosotros somos uno”.7

 

El precio de la reconciliación

Varias veces Jesús explicó cuánto costaría restaurar su universo, su familia, a la paz y la armonía. El usó el término que a veces es traducido “rescate” o también “precio de redención”.8 Entonces dijo cuánto sería el precio.

“Y cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”.

“Esto dijo para dar a entender de qué muerte había de morir”.9

“Atraeré a todos hacia mí”, dijo Jesús. No sólo los seres humanos sino también los ángeles son atraídos a una unión más estrecha con Dios cuando consideran el significado de la cruz.

Pablo estaba de acuerdo con esta manera de pensar. El habló del plan de Dios, “para que, llegado el tiempo, reuniera en él, bajo una sola cabeza, todo lo que está en la tierra y lo que está en el cielo”.10

En otra carta, Pablo explica que “agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos, haciendo paz mediante la sangre de su cruz”.11

 

Paz en el universo

¿En qué sentido necesita el universo el sacrificio pacificador de Cristo? ¿Ha habido alguna vez una amenaza a la unidad, una brecha en la paz y la amistad, en la familia de Dios en el cielo?

Para los que podemos tomar con toda seriedad el último de los 66 libros de la Biblia, el capítulo 12 de Apocalipsis parece describir una guerra que comenzó en el cielo. Desde Génesis hasta Apocalipsis se puede leer de las causas y las consecuencias de aquella guerra, y por qué costó los sufrimientos y la muerte de Cristo a fin de ganar esa guerra y establecer la paz para el resto de la eternidad. En un tiempo había unidad en la familia de Dios, antes que comenzara la guerra. Entonces, cada hijo de Dios confiaba el uno en el otro. Todos confiaban en su Padre celestial, y él a su vez, podía tener la seguridad de confiar en ellos. Y donde hay tal confianza y confiabilidad, hay perfecta paz y armonía.

 

¿Qué anduvo mal?

Pero surgió un conflicto de confianza, hasta que se llegó a un punto de abierta rebelión y guerra. La desunión y la desarmonía reemplazaron a la unidad y la paz. Así es como el pecado entró en el universo. Como lo explica Juan, el pecado es rebelión: “El que comete pecado está contra Dios, porque pecar es quebrantar las leyes divinas”.12 Pablo también lo describe como el quebrantamiento de la fe y la confianza.13

El propósito del plan de salvación es restaurar esa confianza, terminar con la rebelión, y así nuevamente establecer la unidad en todo el universo. En esto están involucrados todos los hijos de Dios, sin excepción.

Parecería que algunos encuentran un poco desalentador el darse cuenta de que Cristo no murió exclusiva y primariamente por ellos, y hasta se ofenden. Pero si Dios no ganara esta guerra y reestableciera la paz en su familia entera, nuestra propia salvación no tendría sentido. ¿Quién quisiera vivir por la eternidad en un universo en guerra?

Sin esta comprensión más amplia del conflicto que envolvió al universo entero, es dificil entender la explicación que da Pablo de que Jesús derramó su sangre para traer paz, reconciliación y unidad a los hijos de Dios en el cielo como también en la tierra. Pero comprender esta guerra y sus problemas ayuda a ampliar el panorama de la cruz y el plan de salvación.

El tipo de unión que Dios desea no puede ser decretado o producido por fuerza o temor. En el curso de la historia humana, muchos tiranos han querido mantener la unidad por el terror y la brutalidad. Pero esa forma de unidad por la fuerza no perdura. Consideren lo que ha pasado en un buen numero de países en los últimos años.

La clase de unidad que Dios desea se describe en el Nuevo Testamento como la armonía que es “la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios”.14 Personas que aman y confían en el mismo Jesús y en el mismo Dios son atraídas naturalmente las unas a las otras. La misma verdad acerca de Dios que las libera de la tiranía y el temor, las liga en la unidad de la calidad más firme. Los amigos de un Dios amigable gozan de la amistad del uno para con el otro.

Aquí es donde cobra importancia el verdadero significado de la cruz. No puede haber amistad donde domina el temor. El Calvario nos dice que no hay ninguna necesidad de tenerle miedo a Dios. Cuando Dios dice, “sean mis amigos”, no está diciendo, “sean mis amigos o los voy a castigar severamente; aun los puedo matar”. Esa no es la manera como se hablan los amigos, especialmente si desean conservar la amistad. Y la amistad es el propósito y el significado pleno de la reconciliación.

 

La reconciliación significa hacer amigos

Pablo resume todo esto en su carta a los romanos. “Y si siendo enemigos se nos reconcilió con Dios por la muerte de su Hijo, ¡gloriosas serán las bendiciones ahora que somos amigos y El vive en nosotros! Ahora tenemos la maravillosa alegría del Señor en nuestras vidas, gracias a que Cristo murió por nuestros pecados y nos hizo sus amigos (de Dios) ”.15

El resumen de todo el significado de la reconciliación es ser cambiados de enemigos en amigos de Dios.

 

 

1. 2 Corintios 5:17–20. Versión, DIOS HABLA HOY.

2. Lucas 15:20–24.

3. Lucas 15:29–32.

4. Juan 16:26.

5. 2 Corintios 5:19.

6. Juan 17:20,21.

7. Juan 17:22.

8. Ver Mateo 20:28.

9. Juan 12:32.

10. Efesios 1:10.

11. Colosenses 1:19,20.

12. 1 Juan 3:4. Versión, LA BIBLIA AL DÍA.

13. Ver Romanos 14.

14. Efesios 4:13.

15. Romanos 5:10,11. Versión, LA BIBLIA AL DÍA.

 

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