CONVERSACIONES ACERCA DE DIOS
17 de febrero de 1984. Iglesia de la Universidad de Loma Linda
Número seis: “Evaluando las pruebas”, otra mirada para entender la Biblia, en el amplio escenario del gran conflicto acerca del carácter de Dios y su gobierno.
La Biblia no es una mera colección de declaraciones teológicas. Ni es el código de acciones a ejecutar y pecados a rehuir. Es más bien un registro inspirado de cómo Dios manejo la crisis de desconfianza en su universo. Para estar seguros de que vemos su verdadero sentido, tenemos que ver la Biblia como un todo, debemos relacionar todas sus partes con el tema central, la verdad acerca de Dios mismo. De cada historia, enseñanza y acontencimiento tiene que hacerse la misma pregunta: ¿Qué dice eso de Dios? Y la pregunta obligada que surge es: ¿Podemos confiar en el Dios que vemos?
Textos bíblicos incluidos:
Habacuc 2:7. “Serás un botín para ellos” (La Palabra de Dios para Todos)
Job 41:18. “Resopla y lanza deslumbrantes relámpagos” (La Biblia al Día)Éxodo 28:11. “Engarces de oro” (Biblia La Palabra, Hispanoamérica).
Abdías 1:18. “Ni quedará reliquia en la casa de Esaú porque Jehová habló” (Reina Valera 1569).
2 Samuel 14:7. “No dejando a mi marido nombre, ni reliquia sobre la tierra” (Reina Valera 1960).
Juan 20:17. “¡No me toques! —le advirtió Jesús—. Todavía no he ascendido al Padre” (Nuevo Testamento La Biblia al Día 1979).
Juan 2:4. “Dícele Jesús: Mujer ¿qué tengo yo que ver contigo?” (Versión Moderna 1929).
Mateo 11:4-6. “Jesús les contestó: ‘Regresen y díganle a Juan lo que están viendo y oyendo. Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y los pobres reciben las buenas noticias. Afortunado el que no dude de mí'” (Palabra de Dios Para Todos) (Ver Isaías 35 and 61).
Hebreos 1:1-3. “En el pasado muchas veces y de muchas formas habló Dios a nuestros padres por medio de los profetas. En esta etapa final nos ha hablado por medio de su Hijo… Él es reflejo de su gloria, la imagen misma de lo que Dios es” (La Bibia de Nuestro Pueblo).
Juan 5:39, 40. “Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida” (Dios Habla Hoy).
Lucas 24:27. “Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas les interpretaba en las Escrituras lo que de él decían” (Reina Valera 1989).
Juan 14:8, 9. “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Reina Valera 1960).
Juan 16:26. “Y no os digo que yo intercederé con mi Padre por vosotros, siendo cierto que el mismo Padre os ama” (Torres Amat).
1 Corintios 10:4. “Pues bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo” (La Biblia al Día).
Mateo 19:7, 8. “Los Fariseos le preguntaron: Entonces ¿por qué Moisés nos dejó una ley que dice que el hombre puede separarse de su esposa dándole un certificado de divorcio? Jesús les respondió: Moisés les permitió divorciarse porque ustedes son muy tercos y no quieren obedecer a Dios. Pero Dios, desde un principio, nunca ha querido que el hombre se separe de su esposa” (La Biblia en Lenguaje Sencillo).
Una declaración del propósito y método de estudio de la Biblia.
El gran propósitio de la Biblia es el de revelar la verdad acerca de nuestro Padre celestial, para que podamos volver a Él con amor y confianza. Esta verdad, estas buenas nuevas eternas deben encontrarse en cada uno de los sesenta y seis libros. Pero para descubrir esta verdad, tenemos que aprender más que solamente es: ¿Qué nos dicen estas historias acerca de Dios?
Si uno no se hace esa pregunta, mucho del contenido de las Escrituras parecerá sin relación con el plan de salvación, incluso desconcertante y a veces hasta contradictorio. Pero cuando aprende a ver la Biblia como un todo, de ella emerge la imagen constante y sabia de un Dios misericordioso que pareciera dispuesto a todo para mantenerse en contacto con su pueblo. A inclinarse para alcanzarlos en donde se encuentran, a hablar un idioma que puedan entender. Y mientras uno más lee, libro por libro, uno es movido al amor y a la admiración de un Dios que estuvo dispuesto a correr un riesgo tal, a pagar un precio tal con tal de mantener abiertas las vías de comunicación entre Él y sus descarriados hijos.
Dios salvará a todos los que confien en Él. Pero no nos pide que confiemos en Él sin conocerle. La Biblia, toda ella, es el registro de la revelación de Dios y su demostración de que es infinitamente digno de confianza.