CONVERSACIONES ACERCA DE DIOS
8 de junio de 1984. Iglesia de la Universidad de Loma Linda.
Número diecinueve: “¿Cuán pronto concluirá el conflicto?” Esta vez la pregunta no es ¿cuándo? sino ¿cuán pronto?. El conflicto concluirá cuando los hijos de Dios en este planeta hayan en su totalidad respondido al último ruego de Dios (conversación #16), y estén tan firmes en la verdad que puedan resistir el último esfuerzo de Satanás por engañar (conversación #17). Y que como creyentes maduros puedan no solo sobrevivir el tiempo de angustia, sino que como Job, puedan hablar bien y en verdad de nuestro Padre celestial (conversación #18).
“¿Cuán pronto?” le preguntaron los discípulos a Jesús. “Dínos ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?” (Mateo 24:3). Jesús habló de alarmantes disturbios en la tierra y el cielo, de la creciente desconfianza entre las naciones, del levantamiento de falsos líderes religiosos, y de las buenas noticias yendo alrededor del mundo. Él dijo que el fin estaba cerca, ¡más de 1900 años atrás! Pero, ¿cuán cerca es “cerca”? Poco antes de morir Juan escribió: “Hijos esta es la última hora… sabemos que esta es la última hora” (1 Juan 2:18). ¿Estaba equivocado? Cuando Juan se levante en la Segunda Venida se sorprenderá al enterarse de todo lo que estuvo durmiendo. ¡Juan tendrá algunas preguntas, pero ¡seguro que no tendrá quejas! Y habrán acontecimientos que sacudirán la tierra que aún tendrá que ver.
Cerca de siglo y medio artrás surgió en varias partes del mundo una creciente convicción de que el tiempo del regreso de Jesús había llegado. Miles de cristianos en todo el mundo todavía concuerdan en que aquellos primeros creyentes adventistas habían realmente visto la señal de Dios de que Cristo volvería pronto. Pero esta no era una señal para salir del mundo, y empacar para el viaje al cielo. Fue un llamado de Dios para terminar la obra de preparar al mundo para su venida.
Es cierto que el tiempo ha continuado más de lo que aquellos primeros adventistas esperaban. Aquellas señales que los conmovieron tienen ahora más de ciento cincuenta años. Pero, ¿estamos sorprendidos o avergonzados de que Dios esté dispuesto a esperar? ¿Nos preocupa nuestra reputación o la suya? Si nuestro fracaso de completar nuestra misión contribuye al retraso, merecemos estar avergonzados. Pero mientras Dios más espera, más misericordioso se ve. Su retraso ¡simplemente confirma las buenas noticias!
¿Cuánto tiempo más cree usted que Dios tendrá que esperar? Podemos confiar en que Él esperará mientras haya esperanza para alguno. Pero Aquel que conoce todo pensamiento sabrá cuando las últimas decisiones se hayan hecho. “Asi que”, dijo Jesús, “tienen que estar listos siempre, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora en que no esperan” (Mateo 24:44). A lo que Pablo dijo: “Pero ustedes hermanos no están en oscuridad para que el día les tome por sorpresa” (1 Tesalonicenses 5:4) ¿Qué debiéramos estar buscandor?”
Textos bíblicos incluidos:
Mateo 24:3. “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?” (Reina Valera 1909).
Mateo 24:36. “Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (La Biblia al Día).
Juan 14:1,3. “No os angustiéis. Confiad en Dios, confiad también en mí. . . . vendré para llevaros conmigo. Así estaréis donde yo esté” (La Biblia al Día).
Mateo 24: 26, 27, 30, 31. “No les creáis, porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. . . y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Reina Valera 1960).
Apocalipsis 1:7. “Y todo ojo le verá” (Reina Valera 1960).
Isaías 25:9. “En aquel día se dirá: ¡Sí, éste es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Éste es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!” (Nueva Versión Internacional).
Apocalipsis 6:16. “Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” (Reina Valera 1960).
2 Crónicas 36:15,16. “Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo… Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo y no hubo ya remedio” (Reina Valera 1960).
Romanos 2:4. “¿Están ustedes quizás malinterpretando la generosidad de Dios y su paciente misericordia con ustedes como debilidad de su parte? ¿No se dan cuenta que la amabilidad de Dios tiene el propósito de llevarles al arrepentimiento?” (Versión en inglés de Phillips)
Habacuc 2:3. “Aunque parezca que demora en llegar, espéralo; porque es seguro que llegará” (La Biblia, Palabra de Dios para Todos).
2 Pedro 3:3,4. “En los postreros días aparecerán individuos entregados a sus malas pasiones, que se burlarán de la verdad del evangelio. Dirán: «¡Conque Jesús prometió regresar! ¿Por qué no lo ha hecho todavía?… ¡Desde que murieron nuestros antepasados, todas las cosas siguen lo mismo que desde el primer día de la creación!»” (Biblia Castilian CST-IBS).
2 Pedro 3:9. “El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan” (La Biblia al Día).
Jonás 4:2,3. “¿No es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida” (Reina Valera 1960).
Mateo 24:29. “El sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo” (Reina Valera 1960).
2 Pedro 3:12. “Esperen la llegada del día de Dios y hagan lo posible para que llegue pronto” (La Biblia, Palabra de Dios para Todos).
Mateo 24:44. “Por eso, también ustedes, discípulos, estén preparados porque a la hora que no piensan vendrá el Hijo del Hombre” (Nueva Biblia de los Hispanos).
1 Tesalonicenses 5:4. “Pero vosotros, hermanos, no vivís en la oscuridad, para que ese Día os sorprenda como ladrón” (Biblia de Jerusalén).