NÚMERO UNO – ¿CÓMO EMPEZÓ EL CONFLICTO?

Bienvenidos a la primera conversación de nuestra serie de conversaciones acerca de Dios, otra visión de nuestro Padre celestial en el amplio escenario del gran conflicto universal sobre su carácter y gobierno. Si tan solo Dios pudiera estar aquí mismo en forma visible, en persona; y cuánto querría Él estar para dirigir esta serie de conversaciones. Yo creo que trataría de hacernos sentir a gusto, sentándose. La Biblia registra que cuando Jesús enseñaba a las personas, frecuentemente lo hacía sentado. Incluso mientras disertaba su magnífico Sermón del Monte, Mateo menciona que Él se sentó. Cuando estando en la barca se dirigió al pueblo en la playa, dice Lucas que el Señor se sentó en la barca.

Claro, es verdad que era la costumbre en esos días que los maestros se sentaran. Y Jesús humildemente siguió la costumbre. Me gusta pensar en lo que eso dice acerca de nuestro Dios, tan infinito en majestad y poder. Que cuando Él vino en forma humana, durante esos cortos tres años y medio, no intentó intimidar o abrumar al pueblo con una demostración de majestad y poder. En lugar de eso Él se sentó en medio de ellos. Y conversó con ellos. Y hasta les invitó a que hicieran preguntas. Y así, como un recordatorio del Dios que es misericordioso y persuasivo, a nosotros también durante estas conversaciones nos gustaría estar sentados. De hecho, dice en la Biblia que las más importantes verdades que Jesús alguna vez enseñó a su público las enseñó sentado, durante la cena, mientras se reclinaba en la mesa.

Y ahora, como se pueden dar cuenta por el título de esta serie: “Conversaciones acerca de Dios”, que nuestras preguntas y nuestras conversaciones durante estas veinte noches de viernes, serán fundamentalmente acerca de nuestro Dios. Pero uno podría, en justicia, hacer la pregunta: ¿de “qué Dios”, o del “Dios de quiénes” vamos a hablar? Como ya saben, esta es una iglesia Adventista del Séptimo día, pero obviamente Dios no es propiedad exclusiva de los adventistas del séptimo día. Los metodistas y los bautistas ya adoraban a Dios antes de que los adventistas salieran a escena. Y los luteranos adoraban a Dios antes que los metodistas y los bautistas también salieran a escena. Y los judíos le adoraban siglos antes de que hubiera cristianos. Y Adán y Eva le adoraban antes de que hubiese algún judío, y los ángeles leales por todo el universo mucho antes de que hubiera gente en nuestro planeta. Dios es de todos nosotros. Y todos somos miembros de su familia. ¿O acaso sería más correcto decir que sólo los buenos de entre nosotros somos miembros de la familia de Dios? ¿Es así como usted cuenta a sus hijos? Hoy solamente reporta un hijo, mañana quizás tres. Y al día siguiente solamente dos. Porque solamente reconoce a los hijos que se están portando bien. Todos nos hemos portado mal. Y aún así Dios nos reconoce a cada uno de nosotros, nos cuenta a cada uno como miembros de la familia del universo.

Pero aunque nuestro Padre celestial es tan misericordioso, incluso con nosotros que nos hemos portado mal, increíblemente la Biblia describe un conflicto que empezó en la familia de Dios. Hasta el punto de que hubo guerra en el cielo. La más vívida descripción de esa guerra se encuentra en el último de los sesenta y seis libros de la Biblia, en el libro de Apocalipsis. Y parte de esa descripción se encuentra en la hoja de referencias bíblicas, que espero ustedes tengan ya en sus manos. Veamos la primera, Apocalipsis 12:7-12; una descripción de la guerra.

“Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.” “El gran dragón fue arrojado, esa serpiente antigua”, [y la serpiente nos recuerda el Jardín del Edén], “esa serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás que ha engañado a todo el mundo. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él. Entonces oí una gran voz en el cielo que decía: ¡Ahora ha venido la salvación! ¡Ahora Dios ha mostrado su poder como Rey! ¡Ahora su Mesías ha mostrado su autoridad! Porque aquel que estaba delante de Dios acusando a los hermanos de día y de noche ha sido arrojado del cielo. Nuestros hermanos ganaron la victoria sobre él por la sangre del Cordero y por la verdad que proclamaba. Y ellos estaban dispuestos a entregar sus vidas y morir. ¡Así que alegraos oh cielos y todos los que moran en ellos! ¡Pero que terrible para la tierra y el mar!”, [que es en donde nosotros vivimos]. “Porque el Diablo ha descendido a ustedes con gran furor, sabiendo que tiene poco tiempo”.

Ahora que leemos este pasaje acerca de la guerra allá en el cielo, es bueno reflexionar en que antes de que hubiera guerra, había paz. Y había paz en el universo entero. Y había paz, porque entre todos los miembros de la vasta familia de Dios había confianza mutua. Y todos ellos confiaban en su Padre celestial. Y Él a su vez podía, de forma segura, confiar en ellos. Y en donde hay tal confianza mutua y fiabilidad, allí hay perfecta paz. Perfecta paz. Seguridad perfecta. Y es así como será en el mundo venidero. ¿Se han dado cuenta de que la Biblia nunca habla de cárceles en la Tierra Prometida? No habrá policías en todas las esquinas. Y nuestras esposas e hijas van a poder caminar por las calles, solas, a cualquier hora.

¿Cuánto disfrutarían los profetas describiendo la paz, la seguridad y la libertad del mundo venidero? Y ellos lo describen en muchas partes. Por ejemplo, Isaías dice que no habrá allí leones y que los niños pequeños los pastorearán. Bueno, si hay leones allí “comerán paja como el buey”, “y los niños pequeños los pastorearán”. Algunas veces Isaías dice que habrá leones, pero no temibles. Pero y si hay leones, no habrá razón para temerles. Zacarías ofrece una imagen que le encantaría a los judíos, porque la familia es muy importante para ellos. Dice que en la ciudad que ha de venir, “los ancianos se sentarán con su bastón en la mano por la multitud de sus días. Y los muchachos y muchachas jugarán seguros en las calles”. Pero no todavía.

Viendo hacia el pasado cuando todavía había paz, una crisis de desconfianza surgió en la familia de Dios. Y así el pecado entró en nuestro universo por primera vez. Porque así como Dios le explicó a Moisés cuando este le desobedeció al golpear la roca. El pecado es una brecha, una interrupción de la confianza. Todos conocemos la historia, si hemos leído alguna vez la Biblia. Pero movido por los celos y el orgullo, la más brillante de las criaturas de Dios, la que es presentada en Ezequiel como de pie ante la presencia de Dios. La que Isaías presenta como conocedora de Dios, que salía desde la presencia de Dios llevando luz y verdad a sus compañeros ángeles. (Por eso es que se le dio el nombre Lucifer, que significa portador de luz, maestro de verdad. Ese es uno de los nombres de Jesucristo mismo.)

Pero este brillante, confiable y reverenciado ángel, se propuso socavar la confianza en Dios al circular información errónea y mentiras acerca de nuestro Padre celestial. Y así se convirtió, ya no en un portador de luz y maestro de verdad, sino en portador de mentiras, el adversario mismo. Y el nombre que quiere decir adversario es Satanás. Ustedes pueden darse cuenta por qué ya no debemos llamarlo más Lucifer.
Él ya no porta luz, sino mentiras. Su verdadero nombre es Satanás, el oponente, el adversario.

Y ¿cómo es que este adversario trabajó entre los ángeles? En su pretendida piedad él insinuaba que Dios mismo era un desconfiable mentiroso. Y específicamente acusaba a Dios de arbitrario, que no respetaba la libertad de sus hijos; que Dios era exigente, vengativo, no perdonador y severo. Y así esperaba alejar a los ángeles de Dios y ganarlos para que le adorasen a él mismo.

Bueno, parece increíble que una criatura pueda atreverse a pensar en sí mismo como Dios y sugerirle a los ángeles que le adoren. Pero Satanás es en verdad capaz de tal locura. Veamos la segunda cita en la hoja de referencias bíblicas, en Isaías 14:12-14. Y esto se menciona en otras partes de la Biblia.

“Cómo caíste del cielo, oh Lucero de la mañana”, [quizás su versión favorita diga allí Lucifer. Es exactamente la misma palabra. Yo escogí la versión que dice “lucero de la mañana” para recordarnos que ese es uno de los nombres de Cristo. Lucifer, estrella de la mañana, estrella del día]. “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero de la mañana, hijo de la aurora! ¡Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones!” “Tu dijiste en tu corazón: Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte”, [en donde se representa a los dioses en reunión]. “Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al altísimo”.

Hasta le pidió a su creador que se postrase de rodillas, allá en el desierto de las tentaciones, y que adorara a su propia criatura. Veamos en Mateo 4:8-11; la siguiente cita en la hoja de referencias bíblicas.

“Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo…”, [este es el diablo hablando, una mera criatura]. “Todo esto te daré si postrado me adoras”, [un ser creado, mandándole a su creador que le adore]. “Entonces Jesús le dijo, ¡Vete Satanás! Porque escrito está: ‘Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás’. El diablo entonces le dejó; y he aquí, ángeles vinieron y le servían”.

Los ángeles observaron la experiencia completa. Debieron haberse sorprendido de ver a uno de ellos pidiéndole a Dios que se arrodillara y le adorara. Y entonces, como la acusación es que Dios es egoísta y un desconfiable mentiroso, Satanás no perdió el tiempo y compartió las acusaciones que había presentado a los ángeles con nuestros primeros padres. Y eso está registrado en el siguiente texto de la hoja de referencias bíblicas; Génesis 3:1-5.

“La serpiente era más astuta”, [algunas versiones en inglés rinden significados como mañosa, artera] “más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: “No comereis de ningún árbol del huerto?” Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en el medio del huerto, ha dicho Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, [eso no lo había dicho Dios] para que no muráis”. Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis”.
[Eso no es verdad], “no morirás. Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”.

Y Eva, ¿no te gustaría ser como Dios; acaso no es esa tu oración? Y así la engañó haciéndole creer que había un atajo milagroso para llegar a ser como Dios. Bien, nosotros sabemos cómo Dios soportó tanto y con paciencia, mientras observaba la insurrección que se desarrollaba en su familia. Y observó, hasta que un tercio de sus brillantes e inteligentes ángeles estuvieron de acuerdo con Satanás en que Dios no era digno de su confianza. Y esto quiere decir que aun Dios, aunque infinito en poder, ni aun Él pudo persuadir a un tercio de sus brillantes ángeles de que las acusaciones de Satanás eran falsas. Finalmente, como lo describe Juan, hubo guerra en el cielo.

Y ya sea que queramos o no, todos nosotros aquí quedamos atrapados en las consecuencias de esta batalla. Todos en el universo están involucrados inevitablemente. Y el futuro de la familia de Dios, a la que todos pertenecemos, depende del desenlace final de esta guerra. Todo depende de la solución exitosa de este conflicto de desconfianza. Al comparar la solución de Dios a este problema, nuestra propia salvación, con lo importante que es, es relativamente intrascendente. Porque si Dios no gana esta guerra, ¿quién querría ser salvo? De hecho, ¿qué significado tendría la salvación si Dios saliera derrotado en el conflicto de desconfianza? Pero el que Dios gane la guerra no deja fuera nuestra salvación, de hecho el método que Dios usó para ganarlo a usted y a mí es el mismo con el que ganó la guerra. Y aún si Él fracasara en ganarlo a usted o a mí, de la manera en la que Dios nos ha persuadido de que podemos confiar en Él y movernos al arrepentimiento y fe, es la que Dios usó para mover al universo a decirle que Él es absolutamente digno de confianza. Y ellos confiarán en Él y le adorarán por toda la eternidad porque los métodos que usó han demostrado su benignidad e integridad.

¿Se da usted cuenta? con todo lo que Dios quiere salvarnos a todos, Él podría fallar y aún así no perder la guerra. Si usted y yo que estamos aquí esta noche falláramos en responder a sus encantadoras y persuasivas acciones, y nos perdiéramos, no hay forma de que pueda perder la guerra. Porque Él ganó la guerra hace más de dos mil años. Y a lo largo de todo el libro de Apocalipsis usted puede ver que los ángeles son descritos como celebrando la victoria de Dios en esta guerra. Y ellos nunca cesan de decirle que Él ha probado ser recto y santo, justo y bueno e infinitamente digno de su confianza. Y los primeros cristianos necesitaban urgentemente el animador mensaje del libro número sesenta y seis y la imagen de los ángeles celebrando. Porque en ese momento había una grave crisis entre el pueblo de Dios de este planeta.

Porque por un lado, parecía como si la segunda venida se estaba retrasando indefinidamente. Ellos pensaban que Él habría de venir alrededor del año cincuenta después de Cristo, y Pablo tuvo que decirles: “No, todavía no”, en su carta a los de Tesalónica. Todavía tenían que pasar más cosas. Y en los años noventa, ¿qué había salido mal que Jesús todavía no volvía? Y además de esto, había herejías en la iglesia. Estaban los que enseñaban que Cristo no había en realidad venido en forma humana. Que en verdad no había sufrido, ni había muerto. Que lo había falsificado todo. Esos eran los docetistas, los que enseñaban que Él lo había simulado todo. Había entonces gran oposición y una seria persecución. Todos los apóstoles estaban muertos, menos uno. Este era el viejo Juan, que estaba prisionero en la isla de Patmos. ¿Qué buenas noticias habían para animar a los primeros cristianos?

Y usted puede contar con Dios, que cuando las cosas estaban así de sombrías, enviaría un mensaje de ánimo, de claridad y de explicación a su pueblo. Seguramente que no les iba a enviar un libro de misterios, fechas y eventos planificados que ellos no pudieran entender. Más bien, ese libro número sesenta y seis que les envió, el libro de Apocalipsis, cuyo nombre significa aclaración, no mistificación. Ese libro sesenta y seis era una invitación a los desanimados cristianos primitivos para que alzaran la vista un poco más alto, para poder ver una imagen más grande de las cosas. Para ver cómo es que ellos habían quedado atrapados en un vasto conflicto, tan grande que afecta a todo el universo. Y que este es un conflicto acerca del carácter mismo de Dios y su gobierno. Y entonces al seguir leyendo y ver que Dios había ganado ya esa guerra y que todos los ángeles estaban de acuerdo con Él. Para ver que estas son las buenas nuevas. Y seguir leyendo y darse cuenta que Dios nos está invitando a unirnos en la celebración. Y luego, a salir al mundo e invitar a todos los demás que están dispuestos a escuchar, a unirse a la victoria de Dios en la guerra. Y entonces, nosotros los cristianos no pareceríamos tan a la defensiva todo el tiempo, porque tenemos buenas noticias que compartir. No hay manera que Dios y los que están a su lado puedan perder. ¿Y no deberíamos unirnos al lado victorioso? Esa es la invitación del libro número sesenta y seis.

Y el libro también dice que usted puede contar con que Dios espera hasta que la verdad acerca de Él, estas buenas noticias acerca de su carácter y gobierno hayan sido difundidas por todo el mundo. Porque Dios es el tipo de persona que espera hasta que sus hijos han tenido la oportunidad de entender lo que está en juego en esta guerra, y a que estén listos para los asombrosos sucesos que la Biblia describe tomando lugar antes del regreso de Jesús. Ver y presentar el plan de salvación en el amplio escenario del gran conflicto sobre su carácter y gobierno es, yo creo, el más alto privilegio de los amigos de Dios hoy en este planeta.

Ahora, quizás es comprensible que como principiantes, reconociendo que somos pecadores y que necesitamos ser salvos, al principio tendamos a preocuparnos con lo que Dios ha hecho por mí y por usted para que podamos ser salvos. Pero mientras crecemos y aprendemos a tomar la Biblia como un todo, se hace más aparente que nuestra salvación personal, tan importante como lo es, es sólo una pequeña parte de un plan mucho más grande que involucra la paz y la seguridad de todo el vasto universo. La confirmación de la verdad acerca de nuestro mismo Dios.

Es verdad, reconocemos que no todos los cristianos han comprendido el plan de salvación desde esta amplia perspectiva. Incluso los grandes teólogos de la Reforma, y cómo debemos de estar agradecidos por ellos y por lo que se atrevieron a hacer. Porque aun los grandes reformadores no lo vieron de esta manera. Incluso Lutero, quizás el más grande héroe de la Reforma, tan admirado por muchos de nosotros estoy seguro, aun él estaba más preocupado con las provisiones de gracia de parte de Dios para salvarnos a usted y a mí. Pero podemos entender eso, porque Lutero no podía sacar mucho provecho del libro sesenta y seis, el libro de Apocalipsis. Aunque Lutero insistía tanto en que deberíamos de usar la Biblia y la Biblia sola, ustedes conocen la frase en latín: “Sola Scriptura”. Y aunque él lo enfatizaba, él mismo no podía usar todos los sesenta y seis libros. Particularmente, él consideraba que los libros de Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis eran inferiores a los demás libros del Nuevo Testamento. En el libro de Apocalipsis, decía él, he encontrado tan poquito acerca de Cristo y tanto que uno no puede entender. Y entonces resumía: “no puede ser que el Espíritu Santo haya podido inspirar ese libro sesenta y seis”. Pero como resultado de no poder usar el libro de Apocalipsis, él se perdió de la visión amplia, al igual que muchos de sus admiradores hoy día. Y claro que lo admiramos. Pero no tenemos que estar de acuerdo con cada detalle de su punto de vista. Yo creo que si estuviese vivo hoy, él también se regocijaría de esta amplia visión.

Algunos de nosotros, sin embargo, que fuimos ayudados tan grandemente por Lutero a poner la Biblia como la mayor de las autoridades, hemos hecho lo que Lutero recomendaba, hemos estudiado la Biblia con seriedad. No solo sesenta y dos libros o menos, sino todos los sesenta y seis. Recuerdo que hace unos cuarenta años, me propuse empezar a leer la Biblia como un todo, y a relacionar todas sus partes con el tema central, esta revelación de la verdad acerca de Dios en el gran conflicto. Ahora, desde ese momento he tenido el privilegio de conducir grupos a través de los sesenta y seis más de cien veces. Toma alrededor de un año hacer cada recorrido, y cada vez que hago el recorrido me queda más claro que la Biblia es un registro inspirado de la forma en que Dios maneja la crisis que surgió en su familia.

No hay atajos para llegar a la confianza, de otra manera la Biblia sería un libro mucho más corto. Con afirmaciones solamente no se puede probar nada. La Biblia nos advierte sobre el aceptar simples afirmaciones, y vamos a hablar un poco al respecto. Y cuando una persona ha sido falsamente acusada de no ser digna de confianza, es solamente a través de la demostración de credibilidad, en un período largo de tiempo, y bajo una gran variedad de circunstancias, especialmente las difíciles que la confianza puede ser restablecida y confirmada.

La Biblia registra tal demostración. Desde la entrada del pecado en el universo, hasta la muerte de Cristo en la cruz, yo entiendo que Cristo murió para restablecer la paz en la familia de Dios. El apóstol Pablo explica así el significado y el propósito de la cruz, y el por qué Jesús tuvo que morir, y vamos a dedicarle una noche completa a este tema, un poco más adelante en nuestra serie. Pero esta noche, y sólo a manera de introducción, observe los tres pasajes en la hoja de referencias bíblicas en donde Pablo lo afirma con tal fuerza. Veamos Colosenses 1:19, 20.

“Pues a Dios, en toda su plenitud, le agradó vivir en Cristo, y por medio de él Dios reconcilió consigo” [unificó, llevó a la unidad], “reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra, por medio de la sangre en Cristo Jesús”.

Note en dónde es que se hace la paz. O tomemos otra versión: La Biblia En Lenguaje Sencillo.

“Y en él se encuentra todo el poder divino. Por medio de Cristo, Dios hizo que todo el universo volviera a estar en paz con él. Y esto lo hizo posible por medio de la muerte de su Hijo en la cruz”.

Esta es en verdad una descripción del final de la guerra. Veamos otros dos pasajes en Efesios que llegan al mismo punto. Efesios 1:9, 10.

“Y nos ha hecho conocer el designio secreto de su voluntad. Él en su bondad se había propuesto realizar en Cristo este designio, e hizo que se cumpliera el término que había señalado…unir bajo el mando de Cristo todas las cosas”, [ esto es lo contrario a la guerra. Eso es paz]. “unir bajo el mando de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra”.

Y la otra, Efesios 3:9, 10.

“Y me ha encargado hacerles ver a todos cuál es la realización de ese designio que Dios, creador de todas las cosas, había mantenido secreto desde la eternidad. De esta manera ahora, por medio de la iglesia, todos los poderes y autoridades en el cielo podrán conocer la sabiduría de Dios”.

La forma en la que Dios ha obrado a través de su iglesia, a través de su pueblo, es la forma en la que Él ha demostrado la verdad acerca de sí mismo y la forma en que ganó la guerra. Y el que Dios ha obrado a través de la iglesia se explica de manera poderosa en el siguiente texto de la hoja de referencias, 1 Corintios 4:9.

“Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, tanto para los ángeles como para los hombres”.

¿Sabían que la palabra en griego utilizada para espectáculo es ‘theatron’ de donde viene ‘teatro’?
Algunos santos pueden mostrarse reacios de ir al teatro; necesitamos darnos cuenta de que vivimos todo el tiempo en un teatro. El escenario de Dios. Y sobre este escenario Él ha demostrado la verdad acerca de sí mismo, a través de la manera en la que Él ha tratado a su iglesia. Entonces sobre la inclusión de la familia completa en los resultados de esta demostración, veamos el último verso: Juan 12:32.

“Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo”. [No a todos los hombres, si la palabra “hombres” aparece, es una palabra agregada].

“A todos atraeré a mí mismo”. Ese es el significado del texto original. Todos. Cada uno. No solo la gente de este planeta, sino hasta los ángeles leales, yo creo, fueron atraídos más cerca de Dios por medio de esta costosísima demostración. Esos versículos me dicen que Cristo murió también por los ángeles que no pecaron. Y ciertamente ellos no necesitaban de perdón, o del ajuste de su condición legal. Y aún así la Biblia dice que ellos necesitaban el mensaje de la cruz.

Así que, ¿cuál es el mensaje de la cruz? Evidentemente es mucho más que saldar una pena legal para que de alguna manera Dios pueda justamente perdonarnos a usted y a mí. Los ángeles leales necesitaban la cruz. Y esto en verdad sugiere, y lo haremos en esta serie, que tenemos que ir otra vez al pie de la cruz y unirnos con el universo, con la familia del universo, y observar muy de cerca cómo murió Jesús. Y entonces escuchar cuidadosamente cómo clamó Jesús y qué clamó. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Y ¿qué significa eso? Y ¿cómo es que ese sufrimiento y esa muerte trajeron paz, una vez más a la familia de Dios? Yo creo, que en el gran conflicto, todas las creencias cristianas toman un significado mucho más amplio. De manera particular, el evangelio toma un significado mucho más amplio. ¿Se da cuenta?, de que mientras nosotros todavía estamos preocupados por nuestra propia salvación, el evangelio con toda naturalidad puede ser entendido como las buenas nuevas acerca de lo que Dios ha hecho por mí, mí y seguro que por usted también.

Pero, en el amplio escenario del gran conflicto, el evangelio es la verdad acerca de nuestro misericordioso Dios, que acaba con la guerra, y confirma la lealtad del universo y nos mueve al arrepentimiento y a la confianza. Yo creo más firmemente que cualquier otra cosa que yo creo, que la más importante de todas nuestras creencias es la verdad acerca de nuestro Dios. Dios no es el tipo de persona que sus enemigos han dicho que es; arbitrario, vengativo y severo. Al contrario, Él es precisamente lo que su Hijo reveló que es. Creemos en el testimonio de Jesús cuando dijo: “Si me han visto a mí, han visto al Padre”. Dios es tan amoroso y misericordioso como su Hijo. Tan deseoso de perdonar y sanar. ¿Pueden haber mejores noticias que estas? Para mí, este es el evangelio eterno que sostiene la lealtad del universo. Y que nos atrae de vuelta hacia Él y sostendrá nuestra lealtad y confianza por toda la eternidad. Y este es el mensaje que tenemos el gran privilegio de compartir con todas las personas alrededor del mundo, que puede que no sepan que son miembros de la familia de Dios, pero que merecen saber, y merecen escuchar esta verdad. Pero la pregunta para el resto de nuestra serie es: ¿Podemos estar seguros de que Dios es así? Jesús siempre aceptó con gusto las preguntas, y nosotros tenemos que hacer lo mismo.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
A. Graham Maxwell (GM) y Louis Venden (LV)

(LV): Muy bien, hemos mencionado que esperamos ansiosamente las preguntas de nuestra congregación; ya que nos ayudarán a desarrollar una conversación. Y ya recibimos algunas, Graham. Para empezar recibimos una pregunta que hace referencia al nombre mismo de nuestra serie. Hemos llamado esta serie ‘Conversaciones acerca de Dios’, pero apenas hace un momento usted dijo que Jesús es quien revela al Padre; si le hemos visto a Él, hemos visto al Padre. Entonces, ¿por qué no llamamos esta serie ‘Conversaciones acerca de Jesús’?

(GM): Me han hecho esa pregunta muchas veces. Puesto que Él es quien vino a revelar la verdad, ¿por qué no hablamos más acerca de Él? Esto implica algunas cosas importantes. Si nosotros creemos que Jesucristo es Dios, cuando hablamos acerca de Cristo estamos hablando de Dios de todas maneras. Y, ¿acaso Jesús no dejó bien claro que todo el propósito de su venida a esta tierra era revelar la verdad acerca de su Padre? Lo que, a propósito, es la verdad acerca de sí mismo, si creemos que Él es Dios. Así que ya sea que hablemos acerca de Dios o de Cristo, estamos hablando de Dios. Pero yo creo que nos ayuda a enfocarnos en nuestra discusión el decir que la pregunta fundamental es realmente acerca de Dios. Él vino en forma humana, como Cristo; este es el método definitivo que Él usó para revelar la verdad acerca de sí mismo. Entonces yo pienso que es preocuparse mucho por nada cuando usted dice “¿debemos hablar acerca de Dios o debemos hablar acerca de Cristo?”

(LV): Entonces si estoy comprendiendo bien, usted está diciendo que el mismo Jesús estaría en realidad muy feliz si estuviésemos hablando acerca de Aquel a quien Él vino a revelar.

(GM): Me impresiona mucho el hecho de que cuando Él estaba aquí, Él indicaba, “no me vean a mí, miren al Padre”. La Escritura dice que debiéramos siempre con honra darnos preferencia los unos a los otros. Eso es lo que la Trinidad hace. El Hijo está siempre dándole honra al Padre. Pero dese cuenta, que esto es de dos vías; el Padre le da al Hijo un nombre que es sobre todo nombre. Y el Espíritu Santo, modestamente siempre está llamando nuestra atención hacia el Padre y el Hijo. La manera en la que estas tres personas divinas se comportan es un modelo para nosotros.

(LV): Muy bien, en relación a esto alguien ha preguntado: “¿Cómo puede tener usted realmente una conversación acerca de Dios? Después de todo, ¿cómo podemos en verdad conocer a Dios?” Tomemos la declaración de Pablo, en Romanos 11:33, “Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos”, según la versión Reina Valera. Si este es el caso, ¿quiénes somos nosotros para hacer preguntas? Dios es soberano, entonces ¿por qué estamos aquí sentados conversando acerca de Dios?

(GM): Ah, ¿quiénes somos nosotros para cuestionar los inescrutables caminos de Dios? Y eso está en Romanos. Pero yo veo que en Romanos 1, Pablo está diciendo que si no conocemos a Dios no tenemos excusa. Así que de acuerdo al principio de leer la Biblia como un todo, y no “un poquito aquí y un poquito allá”, yo tengo que poner a Romanos 1 a la par del 9 y los otros lugares. Yo pienso, que cuando Él dice que los pensamientos de Dios son más altos que los nuestros, es un reconocimiento reverente de que Dios es infinito. Piense en todo lo que Él sabe. Nosotros no podremos nunca comprender a Dios en su totalidad; somos unas meras criaturas. Y algunas veces necesitamos que se nos recuerde de su infinita superioridad. Pero entonces, es maravilloso que el que es Infinito quiera darse a conocer. Por toda la Biblia Él dice “Israel es destruido porque no me conocen. Y yo he venido a esta tierra para que ustedes me puedan conocer”. Así que está bien claro que Dios quiere ser conocido. Pero nosotros no debemos pretender que somos dioses que podemos conocer todo lo que Él conoce.

(LV): Entonces no debiéramos usar esa idea de la soberanía de Dios y todo eso, como excusa para no pensar acerca de Él.

(GM): Así es, y yo pienso que de donde eso viene en realidad es de Romanos 9, donde tenemos el versículo “¿quién eres tú para pedirle cuentas a Dios?, ¿quién eres tu para cuestionar a Dios?” y Romanos 9, creo yo, ha sido malentendido por algunas santas personas, incluyendo teólogos del tiempo de la Reforma. Uno tiene que poner, verdaderamente, a Romanos 9 en el contexto completo. Desde Romanos 1, en su totalidad desde el 1 hasta el 9. En Romanos del 1 al 8, Pablo le está diciendo a su audiencia, la que está formada de judíos y gentiles: “Tengo buenísimas noticias para ustedes. Dios va a salvar a todos los que confíen en Él. Ya sean judíos o gentiles, libres o esclavos, hombres o mujeres. Él salvará a todo aquel que confíe en Él”. Y mientras Pablo iba desarrollando su tema en los capítulos 1 al 8, podía imaginarse que ciertos miembros de su audiencia, descendientes de Abraham, no estaban aceptando eso muy amigablemente. Porque ellos pensaron que ellos tenían una relación especial con Dios. Como sabemos, Dios casi tenía hecho un trato con sus ancestros. Y por eso es que se preocupaban de su genealogía y otros asuntos. Y cuando Pablo llegó al final del capítulo 8, sentía que su audiencia, o algunos en su audiencia, estaban muy ofendidos. Así que se volvió a ellos y les dijo: “Siento que a algunos de ustedes no les gusta lo que he dicho, que Dios es el tipo de Dios que salvará a todos los que confíen en Él. A ver, ustedes que objetan esto, yo quiero saber … ¿están sugiriendo ustedes que pueden administrar el universo mejor que Dios? ¿Están diciendo ustedes que Dios no puede salvar a todos los que confían en Él? Déjenme decirles algo, Dios va a administrar este universo precisamente como Él desea. Así de sencillo, como el alfarero toma un montón de barro, y hace del mismo barro un vaso para honra y un vaso para deshonra, así mismo Dios tiene el derecho, si lo pone en práctica, de administrar su universo como a Él le guste”.

Ahora, algunas personas podrían poner eso fuera de contexto y decir, “Dios toma el material del que todos estamos hechos, y hace a algunos para ser salvos y a algunos para perderse. Así que, ¿de qué puede servir el tratar de conocerle?, después de todo nuestro destino ya ha sido determinado”. No, lo que Pablo les está diciendo allí es que Dios tiene tanta autoridad como la tiene el alfarero; y aún más. Él creó este universo. Él va a administrarlo precisamente como Él desea. Y Él ni siquiera cambiará. Ustedes pueden contar con eso. ¿Les parece a ustedes que eso es arbitrario? No, yo les he venido diciendo en los capítulos 1 al 8 cómo administra Él el universo. Tan infinitamente lleno de gracia, que no hay nada que Él valore más que nuestra libertad, y que salvará a todos los que confíen en Él, pero que no espera que le confiemos siendo un extraño, así que a un costo infinito, Él reveló la verdad acerca de sí mismo. Y eso es lo que a ustedes no les gusta, ¿no es así audiencia?” Entonces Pablo está en realidad diciendo: “Pueblo impúdico e irreverente. ¿Cómo se atreven a decirle a Dios cómo administrar su universo?” Y ¿de qué manera administra Él su universo? Lean por favor, Romanos del 1-8. ¡Infinitamente misericordioso!

(LV): Bien, eso tiene que ver con otra pregunta que hemos recibido. Si Dios va a administrar el universo de la forma en que Él quiere, de acuerdo a su carácter; ¿por qué debe un Dios poderoso, soberano del universo, por qué debe Él permitir un conflicto tal como el que leemos en Apocalipsis 12?; esa descripción de la guerra en el cielo. ¿Por qué permite Él siquiera que eso se desarrolle, que suceda?

(GM): Eso encaja muy bien con el último punto, ¿no es así? Mire, si Él tiene tanta autoridad y poder ¿cómo fue que pudo empezar una guerra? Y ese es el por qué aquellos que enfatizan la soberanía de Dios [y claro que es correcto el que debiéramos enfatizar eso], tienen gran dificultad en aceptar que hay una guerra. Y ese es el por qué muchos de los reformadores no podían en realidad usar el libro sesenta y seis de la Biblia. Lutero dice que eso de que hubo una guerra es imaginario. Simplemente no pudo dar cabida a esa idea en su mente. Pero para mí, es una de las cosas más asombrosas de Dios. Que aunque Él tenía el poder infinito necesario para eliminar la guerra de raíz, de detenerla incluso antes de que empezara, Él no lo hizo. Tiene que haber algo aún más valioso que nuestra servil sumisión a su poder, porque Él permitió que esa cosa creciera y creciera. Ahora bien, ante nuestra evaluación de una buena administración, Dios fue débil. Eso fue mala administración. Quiero decir, ¿cuánto tiempo tardaría el pastor de nuestra iglesia, si se permitiera un caos de tal magnitud en la feligresía? La junta terminaría reuniéndose.

(LV): Bien, el individuo se iría, ¿no es así?

(GM): Sí. ¿Vamos a quitar a nuestro Dios, e insinuar que fue debilidad de su lado? Nosotros sabemos que Él tiene poder infinito. Pero en su infinito poder, Él permitió que esta guerra se desarrollara. Él permitió que se levantaran cuestionamientos. Ahora, eso dice que allí hay algo de suprema importancia aún más que nuestra mera sumisión ante su infinito poder.

(LV): Aquí hay una pregunta que está ligada al tema de la guerra. Tenemos a este que parece ser el que inicia la guerra: Estrella de la mañana, Lucifer. “Si Dios sabía, que iban a haber todos estos problemas, y que Lucifer estaría en el centro de todo, ¿por qué creó a Lucifer?” Es algo parecida a la primera pregunta pero va un poquito más hacia el pasado.

(GM): Yo pienso mucho acerca de eso. Y claro, hace surgir preguntas como, ¿es cierto que Dios sabe todo acerca del futuro? Y hay santos muy buenos que se hacen esa pregunta. No quiero decir que la Biblia nos anime a pensarlo, a limitar de alguna manera el poder de Dios. Y prefiero pensar así. Yo prefiero buscar una explicación que me permita decir que Dios puede ver el fin desde el principio. El pasado, el presente y el futuro; todo es igual para Él. Y aún así sigo en libertad. Mi forma de entenderlo sería, que cuando Dios creó a Lucifer, Él sabía lo que Lucifer iba a hacer. Y a pesar de eso lo creó. Él sabía lo que le iba a costar. Él sabía lo que le costaría a sus hijos. Y aún así Él siguió adelante. Y cuando usted se pone a pensar en la angustiosa historia que ha sido involucrarse en solucionar este problema y terminar con esta guerra, tiene que haber algo de valor infinito en juego, o Dios no hubiera permitido esto.

Porque Él tenía otras opciones, ¿verdad?, tenía unas bien fáciles. Como cuando Lucifer empezó a tener esos pensamientos de rebeldía, Él pudo haberlo eliminado en ese mismo momento y lugar.
¿Qué daños hubiera ocasionado eso? Bien, podríamos decir que los ángeles que estaban observando podrían haber dicho: “Más me vale no tener malos pensamientos, o yo también puedo ser eliminado”. Pero vea usted, Dios después de eliminar a Lucifer podía borrar todo recuerdo de haberlo eliminado y nadie lo sabría. Y Él podía hacer eso una infinidad de veces; nadie lo sabría, sólo nuestro Dios.
Ahora bien, ¿por qué no lo hizo?, ¿será que Él no podía vivir con la idea de que Él estaba haciendo eso?, ¿o será que Él quiere que sepamos qué fue lo que sí hizo? Lo que Él hizo no fue tomar un atajo. Él le permitió a Lucifer desarrollar esos pensamientos, y el diseminarlos entre los ángeles, sabiendo lo que le iba a costar a Él y a sus amigos en este planeta. Todos hemos participado aunque sea un poquito, es un honor hacerlo, dentro del marco del amplio escenario. Pero conocedor de los miles de años que iba a tomar, y de los malos entendidos y de la angustia, Dios dijo: “Voy a seguir esta ruta” y los ángeles le entienden y le dicen: “Hiciste esto de una manera magnífica. Y estamos contigo por el resto de la eternidad.” Entonces, ¿qué estaba en juego? Esa es la gran cosa.

(LV): Bien, esta perspectiva que usted está compartiendo con nosotros esta noche es la que va a desarrollar durante nuestras veinte semanas aquí; esa perspectiva de una guerra, una crisis de desconfianza, si se puede o no, confiar en Dios.

(GM): Vea usted, no es un asunto de poder; ese es todo el asunto. Si fuera acerca del poder de Dios, ¿quién tiene más poder?

(LV): Sería muy fácil.

(GM): Él podría hacerlo en un segundo. Y cuando usted se detiene a pensar en eso, ¿para qué predicar acerca del poder de Dios, puesto que aun el diablo está convencido? Usted recuerda que en Santiago dice que cuando el diablo piensa en el poder de Uno que colgó el vasto universo completo en el espacio, se atemoriza. Se estremece de miedo. Así que yo no creo que debamos invertir mucho tiempo discutiendo sobre el poder de Dios. Claro que Él es infinito en majestad y poder.

(LV): Pero usted acaba de decir que este asunto tiene que ver con confianza y sobre quién está diciendo la verdad.

(GM): Así es. El conflicto no es sobre quién tiene el poder, sino sobre quién está diciendo la verdad. Dios ha sido acusado de abuso de poder.

(LV): Graham, usted mencionó a Martín Lutero, y hace algunos años se celebró los 500 años de su nacimiento, así que queremos darle el honor debido. Pero usted mencionó que él no pudo ver desde esta perspectiva; que él tuvo verdaderos problemas. Usted hizo referencia al libro de Apocalipsis y los problemas que él tuvo allí. ¿Por qué piensa usted que él tuvo ese tipo de problemas?

(GM): En caso de necesitarlo, puse exactamente ese documento aquí. Es el prefacio al libro de Apocalipsis.

(LV): ¿Es eso lo que el mismo Lutero escribió?

(GM): Estas son sus propias palabras, excepto que no las voy a leer en alemán, sino en español. Lutero dice; y tenemos que ser muy cuidadosos con lo que decimos acerca de esto. Quiero decir, Lutero es nuestro héroe, ¿no es así? Veamos lo que él hizo, en su propio derecho. Y qué magnífica traducción de la Biblia. Hizo saltar la chispa de la Reforma, eso fue lo que él hizo allí. Y Tyndale admiraba tanto a Lutero que empezó a hacer lo mismo en inglés.

(LV): Así que hasta la Biblia en inglés tiene una deuda directa.

(GM): Muchas frases que Lutero tuvo que inventar en el proceso de traducción llegaron hasta la Biblia en inglés y en español. Incluso la palabra “propiciatorio”. Puede que discutamos esa palabra más adelante. Lutero se la inventó para el idioma alemán. Pero mientras Lutero avanzaba por toda la Biblia, primero él elimina los libros apócrifos. Bueno, los pone a la mitad de la Biblia; él es el primero en hacerlo. Y en la Biblia en alemán todavía aparecen allí. Entonces llega al Nuevo Testamento, había allí cuatro que le dieron problemas, y los puso hasta al final, solitos, separados del resto. Y del libro de Apocalipsis, el número sesenta y seis, él dice: “El libro de Apocalipsis se parece al cuarto libro de Esdras. Yo no puedo, de ninguna manera detectar que el Espíritu Santo lo haya producido”. Y él da sus razones, “Cristo no es conocido o enseñado en el libro de Apocalipsis,” de la manera en la que él vio el libro. Aunque es la revelación de Jesucristo. Y nosotros sabemos cuál era su política, cuáles eran sus principios, porque en el prefacio de Santiago él dice cómo evaluó los libros de la Biblia. Él dijo: “Cualquier libro que inculque a Cristo merece estar en la Biblia. Y cualquier cosa que no enseñe a Cristo no es siquiera apostólico”. Quiero decir que aunque Pedro y Pablo lo hubieran escrito, no es apostólico si no enseña a Cristo. Y un poco más adelante él dice: “Este es el principio que yo uso en mi evaluación de los libros.” Nosotros le hemos dado un nombre a eso: “El principio Cristomonístico”. Puede que ustedes hayan escuchado presentaciones de esa materia. Este es el principio de “solamente Cristo”. “Si yo no encuentro a Cristo en el libro, entonces no pertenece al canon”. Pero, ¿qué tal si usted tiene una imagen no muy adecuada de Cristo? Por lo tanto, aunque es un buen principio en teoría, su imagen de Cristo puede ser tan inadecuada que cuando usted aplica el principio, usted descarta cuatro libros.

(LV): En lugar de dejar que esos libros expandan mi comprensión y mi imagen de Cristo.

(GM): Sí. Eso era algo inesperado de parte de Lutero. Pero cuando pensamos en todo lo que hizo, le podemos permitir eso. Pero en nuestros días, ¿encuentra usted a Cristo en el libro de Apocalipsis? ¿Qué tal el libro de Hebreos? Así que bajo el principio Cristomonístico que él estableció, yo diría que acepto todos los sesenta y seis. Por lo tanto el principio es correcto, porque nosotros hemos progresado otro poquito desde ese entonces.

(LV): Es bien interesante, que el libro de Apocalipsis sostiene ser la revelación de Jesucristo.

(GM): Desde el mismo principio. Y vea aquí en el primer capítulo, es todo acerca de Cristo, en su forma humana. Y más adelante, cómo es que Él vuelve, y lo que Él está haciendo en el Santuario Celestial. El libro está lleno de Él.

(LV): Pero ahora, Graham, en lo que leímos en el libro de Apocalipsis, lo que compartió con nosotros, eso parece bien claro; hay una declaración aquí de que una guerra empezó en el cielo y todo eso. Pero me pregunto, ¿cuán ampliamente comparte esta perspectiva el mundo cristiano en general? Esta idea de una guerra, y el gran conflicto. Esta visión ampliada, como usted la llama.

(GM): Como lo mencionaba antes, no todos ven el plan de salvación en el escenario del gran conflicto, eso es claro. Pero mientras más leo, encuentro más personas que llegaron cerca, y hasta lo expresan muy bien. Desde mis días en la universidad, siempre he disfrutado mucho a Milton. “Paraíso Perdido, Paraíso Reconquistado”. Hay un poco de esta imagen allí. No la imagen completa. Pero una de las mejores es la del predicador Melville, que vivió en Inglaterra a mediados del siglo XIX. Era un magnífico predicador, y sus sermones quedaron escritos. Dice en su biografía que su esposa solía escribirlos muy pulcramente para que él los presentara, nada menos que en la catedral de San Pablo. Y las multitudes venían a escucharlo hablar de cómo Jesús murió aun para decirles algo a los ángeles. Y (Melville) fue sepultado en la catedral de San Pablo; él era muy apreciado.

Y aún así es extraño; no muchos conocen sobre esto. Es como si hubiera una conspiración de silencio aquí. Estamos encontrando más personas en el siglo XIX y un poco antes, que veían vislumbres de esta amplia visión. Y Melville habla de la crisis, incluso entre los ángeles. Y cómo ellos necesitaban la confirmación de su lealtad al ver las cosas que Dios reveló por medio de Jesucristo para traernos de vuelta a la fe. ¡Maravilloso! Una persona que particularmente disfrutaba de sus escritos era una gran amiga nuestra, Elena White. Y yo tendría que decirlo, y felizmente lo diría ante cualquier compañía, yo no sé de nadie hasta este día que lo haya dicho tan bien, basado en los sesenta y seis. Y al leer esos maravillosos e inspiradores escritos de hombres como Melville y otros más. Ella tenía su libro en su biblioteca. Me agrada que ella escogiera sus libros tan bien, y que reconociera uno bueno al verlo. Porque en referencia a los ángeles; déjeme leerles un lugar en donde ella comenta acerca de esto.

“Pero el plan de redención tenía un propósito aún más amplio y profundo”, [suena a la amplia visión], ” más amplio y profundo que la salvación del hombre. No fue solamente por eso que Cristo vino a la tierra. No fue meramente para que los habitantes de este pequeño mundo pudieran respetar la ley de Dios como debía ser respetada, sino para vindicar el carácter de Dios delante del universo. Ese resultado de su gran sacrificio, que es su influencia sobre las inteligencias de otros mundos, como también sobre la del hombre, es lo que el Salvador esperaba, cuando precisamente antes de su crucifixión, Él dijo: “Ahora es el juicio de este mundo. Ahora el príncipe de este mundo es echado fuera. Y Yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mi mismo”. Y aunque la palabra “hombres” estaba en su Biblia favorita, la versión King James en inglés, ella correctamente la dejó fuera. “Yo atraeré a todos delante de mí,” porque esto incluye la siguiente oración. “El acto de Cristo, de morir por la salvación del hombre, no sólo haría accesible el cielo para los hombres, sino que ante todo el universo justificaría a Dios y a su Hijo en su trato con la rebelión de Satanás. Demostraría la perpetuidad de la ley de Dios, y revelaría la naturaleza y las consecuencias del pecado”.

Así que ha habido santos que hablaron de esto a través de los años, y ella lo resumió de la mejor manera hasta la fecha.

(LV): Supongo que parte del problema ha sido esa tendencia a enfocarnos en nuestra salvación. Y usted se ha referido a eso, ciertamente que es importante, pero es necesario verlo, tiene que ser visto desde la perspectiva más amplia. Lo que me pregunto es, ¿cómo ésta perspectiva afecta las creencias cristianas en general? ¿Hace alguna diferencia?

(GM): Claro, yo pienso que no minimiza nuestras creencias cristianas, sino que les da más significado. Y ya mencioné que el evangelio toma un significado mucho más abarcante. Pero, considere algunas de las cosas en las que creemos. Algunos de nosotros consideramos al sábado como un privilegio para ser observado, y una gran bendición. Bien, en la visión más estrecha, que es, y no quiero sonar irrespetuoso ante nadie. Pero bajo la visión que está preocupada con lo que Dios ha hecho por nuestra salvación y lo que Dios ha hecho por este planeta. Y cuán agradecidos estamos de que lo haya hecho. Pero si usted limita su comprensión hacia este planeta, entonces el sábado fue dado antes del pecado. Y entonces, mire, ¿por qué habría de guardarlo? Porque es una mera prueba de obediencia. Y mucha gente explica que el sábado es una mera prueba de obediencia, para demostrar la autoridad de Dios y para probar nuestra disposición a obedecer. Pero en la visión amplia, el sábado le fue dado al hombre después que el pecado entrara en el universo. Y entonces ya no es más una prueba arbitraria de obediencia, es un gran obsequio que Dios nos dio para recordarnos de todas las cosas que la Biblia describe como asociadas con el sábado. La libertad y la perfección del Edén, y la libertad que Él nos dio. Y después el rescate en el Éxodo. Y luego los sucesos de la semana de la crucifixión. El séptimo día sábado, está conectado con todo eso.

(LV): ¿Sería esto cierto para todas las otras creencias cristianas?

(GM): Bien, tomemos incluso la ley como un todo. La ley, en la visión ampliada, son las medidas de emergencia para ayudarnos en esta emergencia. Y los apóstoles dijeron específicamente eso. Tomemos algo pequeño, como el árbol del conocimiento del bien y del mal. Ese árbol del que en el jardín no debían de comer su fruto. En la visión estrecha, desde el punto de vista en el que nos preocupamos con lo que Dios ha hecho por nosotros en este planeta, Dios dijo “no toquen ese árbol”, antes del pecado. Y eso sería simplemente una prueba de obediencia, y así es frecuentemente explicado. Pero en la visión amplia, la perspectiva del gran conflicto, a ellos se les dijo que no se acercaran al árbol después que el pecado entró en el universo. Entonces usted ve en ese árbol no una prueba de obediencia, sino algo que nos fue dado para protegernos, porque Lucifer solamente podía abordarlos en el árbol, ¡y allí fue donde él lo hizo!
Así que mientras más escoge uno la visión amplia, más arbitrariedades son eliminadas de los requerimientos de Dios y sus medidas y sus provisiones. Él simplemente se ve mucho mucho mejor en la visión del gran conflicto.

(LV): Nos da una razón definitiva y un significado para todo esto. Tenemos muchas otras preguntas. Aquí hay una más que quiero considerar, por lo menos para empezar. “Si la guerra ya se ganó, y usted mencionó que Dios ganó la guerra en el Calvario, entonces ¿por qué no se ha terminado? ¿Por qué continúa todavía?” Estoy seguro que usted necesita mucho tiempo para compartir con nosotros el significado de esto.

(GM): Nosotros queremos saber por qué cuando Él los arrojó del cielo, Él no ganó la guerra.

(LV): Sí, ¿por qué no terminó allí?

(GM): Obviamente fue una victoria, una victoria física. Ellos habían sido arrojados. Dios no queda satisfecho cuando eso es todo lo que se ha logrado. Todavía hay dudas sin resolver y preguntas dentro de la familia de Dios. Así que Él esperó. Pero entonces, cuando Jesús dijo, “consumado es”, algo se terminó. Y el Apocalipsis dice que Él fue reconocido como vencedor en la guerra. Entonces, ¿por qué sigue esperando? ¿Será acaso que la guerra fue ganada en las mentes de sus hijos por todo el universo, pero no aquí en este planeta? Nosotros todavía estamos tratando de decidirnos. Y es esencial que nosotros, no solamente nos decidamos, sino que estemos tan firmes en nuestra decisión que no podamos ser movidos durante los terribles días de los que habló Jesús y Daniel y Pablo y Juan; esos eventos que sucederán antes de la segunda venida. En su misericordia, Él espera.

(LV): Muy bien, estoy seguro que tendremos más sobre este asunto a medida que nuestra serie progrese, pero nos estamos acercando al final de nuestro tiempo y yo estoy ansioso de que nos hable un poquito sobre la reunión del próximo viernes.

(GM): Ah, es ¿Qué salió mal en el universo de Dios? ¿Qué falló en la familia? Veremos al pecado desde otra perspectiva, desde el amplio escenario del gran conflicto. Y así el pecado es visto no solamente como el rompimiento de las leyes, sino como una brecha en la confiabilidad y la confianza.

(LV): Eso entonces nos llevará al corazón del problema en la guerra.

(GM): Porque si no llegamos a conocer qué fue lo que salió mal, ¿cómo podríamos entender los esfuerzos de Dios para corregirlo todo? ¿Cómo rectificarlo?

(LV): Muy bien, esperamos esas noches de viernes que vienen y las preguntas que nuestra congregación tendrá.

(GM): Claro que sí, mucho.

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