NÚMERO SEIS – EVALUANDO LAS PRUEBAS

Bienvenidos a la sexta de nuestras conversaciones acerca de Dios. Otra visión de nuestro Padre celestial en el amplio escenario del gran conflicto universal sobre su carácter y gobierno. El título de nuestra conversación de esta noche es: “Evaluando las pruebas”. Es decir, sopesar y comprender las pruebas, la evidencia en la que nos basamos para decidir acerca de Dios en este gran conflicto.

Sabemos que todo lo que Dios pide de nosotros es confianza. Eso era todo lo que Él pedía antes de que empezara la guerra. Y eso es todo lo que nos pide ahora, aunque hemos quedado atrapados y hemos sido dañados en esta guerra. Porque si tan solo confiamos lo suficiente en Él, Él prestamente puede sanar el daño que hemos recibido. Y todo lo que Él nos pedirá en el futuro es confianza. Y voy a decirlo una vez más, donde hay confianza mutua y confiabilidad, sin engaños, allí hay seguridad perfecta, libertad perfecta, paz perfecta. Y eso es lo que Dios más desea. Pero Él ha sido acusado de ser indigno de nuestra confianza. Para ser más específico, Él fue acusado de ser arbitrario, exigente, vengativo, no perdonador y severo. Y si Él es este tipo de persona, no es seguro poner nuestra confianza en Él. Pero lo que es más triste es que muchos de sus seguidores piensan que Él es así. Hay muchos que intentan representar a Dios de esa manera, y esperan ganar más personas para un Dios así.

Ya hemos considerado cómo es que Dios ha rebatido esos cargos, no lo hizo con declaraciones o negándolos, ¡cualquiera puede hacer eso! Lo hizo con una demostración, lo demostró con pruebas. Porque cuando una persona ha sido acusada falsamente de ser indigna de confianza, no sirve de nada negar los cargos, ni el argumentar que se es digno de confianza. Solamente demostrando que se es digno de confianza, durante un largo período de tiempo y bajo una gran variedad de circunstancias, especialmente las difíciles, se puede restablecer y confirmar la confianza. Como lo hemos estado considerando, la Biblia es el registro de tal demostración.

Así que hacemos bien en tomar nuestras Biblias y leer las pruebas, todas ellas. Pero cuando uno toma la Biblia, naturalmente hay preguntas que van a surgir. Anoche consideramos tres de ellas. ¿Cómo sabemos que tenemos los libros correctos, sesenta y seis libros en la mayoría de nuestras Biblias? ¿Cómo sabemos que las palabras que tenemos han sido preservadas correctamente por todos estos siglos? y ¿cómo sabemos que estas palabras fueron traducidas correctamente del hebreo, arameo y griego originales? Yo creo que las pruebas que tenemos son más que suficientes para contestar esas preguntas. Podemos decir, para propósitos prácticos, que tenemos los libros de la Biblia como fueron escritos originalmente.

Pero ahora, esta noche, hay otra pregunta que merece nuestra consideración. Entonces, si tenemos los libros correctos, las palabras correctas y estas han sido traducidas correctamente, ¿qué hay del significado? Puesto que la Biblia fue escrita en otros idiomas, por otras gentes, en otras culturas, ¿cómo podemos nosotros, viviendo en este lado del mundo, después de tantos siglos, sentirnos confiados de que realmente hemos encontrado el significado correcto?

Yo creo que la única manera es, tomar nuestras Biblias y ver si es posible sentirnos confiados de que entendemos lo que se supone que entendamos. Ese es el por qué yo estoy agradecido por las más de cien veces que he podido hacer el recorrido por los sesenta y seis libros, en compañía de otros para poder ver. Y cada vez que lo hacemos hay ciertas preguntas que surgen. Algunas son simples, y se pueden contestar rápidamente. Y pensé que podríamos ver esas primero. Digamos que estamos en un grupo. La versión en inglés más amada de todos los tiempos ha sido la King James. Ojalá que un miembro de este grupo todavía use la edición de 1611, aunque no sea la que pesa veinte libras, sino en una edición más liviana. Esta versión y “La Palabra de Dios para Todos” en español transmiten el mismo mensaje del siguiente versículo, y mientras que la persona lee se encuentra con el pasaje de Habacuc 2:7, el primero en nuestra hoja de referencias bíblicas. “Serás un botín para ellos”. ¿Qué quiere decir eso? ¿Pueden imaginarse los botincitos que cuelgan del espejo retrovisor en su automóvil? ¿Es eso lo que quiere decir?

O en el libro de Job 41:18 “Resopla y lanza deslumbrantes relámpagos”.

¿Ha visto usted esos resoplos últimamente?

Bueno, la palabra botín como ustedes saben, también quiere decir el despojo que se concedía a los soldados como premio de conquista. Los resoplos son estornudos.

Avancemos a Éxodo 28:11 “Engarces de oro”.

Parece algo que tiene que ver con la escuela de odontólogos, ¿no les parece? Y en realidad son los soportes de las joyas, que se usan en los anillos por ejemplo. La versión Reina Valera 1569 en Abdías 1: 18 hace uso de la palabra “reliquia”, dice: “Ni quedará reliquia en la casa de Esaú porque Jehová habló”. Y la revisión de 1960 de la misma versión usa la misma palabra en 2 Samuel 14:7 “No dejando a mi marido nombre, ni reliquia sobre la tierra”. ¿Está hablando de algo digno de veneración o de algo muy antiguo? No, esa palabra se usaba antiguamente para referirse a “un remanente”, “al residuo que queda de un todo”. La revisión de 1995 lo aclara indicando en el segundo texto lo siguiente: “Y dejarán a mi marido sin nombre ni descendencia sobre la tierra”. Esos no son errores de las versiones de la Biblia, para nada. Es solo que, con el paso del tiempo, cerca de mil palabras han cambiado de significado en el idioma inglés y otros idiomas. Algunas veces a algo completamente diferente. Pero hay formas fáciles de arreglar eso. Se ha llegado al punto de que existen libros sobre las palabras consideradas antiguas en la versión King James en inglés. También uno puede usar un diccionario o un comentario bíblico. Si a usted le gusta mucho la King James, por sobre todas las versiones, existe ahora una revisión llamada, New King James. El uso de otra versión podría aclarar también las palabras difíciles.

Hay otro ejemplo más en Juan 20:17, que algunas veces es causa del surgimiento de una teología extraña. Recuerdan cuando María vio a Jesús el domingo de resurrección y cayó a sus pies adorándolo, y Jesús le dijo: “No me toques”.

¿Por qué no podía tocarlo? Bueno, Él le dijo: “Todavía no he ascendido a mi Padre”. ¿Quiere decir eso que si María hubiera tocado a Jesús, Él no hubiera podido subir al cielo, y todo el plan de salvación no hubiera servido de nada? ¿Y que por lo tanto, el que María se hubiera abstenido es tan importante como la crucifixión? Eso es imposible. Eso violaría en realidad todo sentido común. Así que uno debe prestar más atención. ¿Acaso le dijo Jesús: No me toques, no me toques María, si lo haces no me puedo ir? ¡No!

En el idioma original hay dos formas de decir que no se haga algo. Una es, “no empieces a hacerlo”. La otra es, “no sigas haciéndolo”. Eso es lo que es. Jesús le dijo: “No me sigas deteniendo. No te aferres a mí”. Todas las versiones modernas lo tienen correctamente. Entonces es un mensaje perfectamente amable sin absolutamente nada de arbitrariedad.

Hay otro texto que puede tener un efecto muy grande, es Juan 2:4. Ustedes recordarán Cana de Galilea, cuando se les terminó el vino y María le dijo a Jesús: “Necesitan más vino”. Se volvió a su madre y le dijo:”¿Mujer, que tengo yo que ver contigo?”

Digamos que en su casa usted tiene a un hijo que no responde educadamente cuando su madre le pide que ayude a lavar los platos. Y ustedes piensan, “Bien, a la hora del culto vamos a leer sobre cuán educado era Jesús con su madre. ¿Por qué no leemos el evangelio de Juan a la hora del culto? Todo está bien en el capítulo 1 de Juan. Pero llegamos a Juan 2 y Cana. Usted está leyendo, esperando que su hijo esté escuchando para ver cuán educado era Jesús todo el tiempo. Y Jesús le dice a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?”

Y entonces su hijo le dice a usted: “Eso es lo que voy a hacer la próxima vez que mi mamá me pida que seque los platos. Le voy a decir: ‘¿Mujer, que tengo yo que ver contigo?'” Entonces sí que usted hubiera querido estar leyendo de otro evangelio.

Usted sabe que ese no puede ser el caso. Dios es amor y el amor nunca es rudo. Usted sabe que Jesús no era rudo. Una vez más tenemos que ir de vuelta al lenguaje del día, a la cultura y a las expresiones de esos días. Mujer, puede querer decir esposa, madre o lo que las circunstancias pidieran. Lo que Jesús dijo era el equivalente a “madre” no solamente mujer, “¿Madre, por qué es que me traes ese problema a mí? Yo no he realizado ningún milagro todavía. Aún mi hora no ha llegado”. Una vez escuche a un judío, erudito en ese período, que no era cristiano que decía: “Una cosa es segura, Jesús le habló palabras educadas y amables a su madre, en el idioma de ese día. La versión La Biblia Para Todos, Traducción en Lenguaje Actual dice: “Madre, ese no es asunto nuestro”.

Pero, hay otras preguntas que surgen. Estas han sido fáciles de manejar. Si los miembros del grupo tienen varias versiones modernas distribuidas entre ellos, este no es un problema. Pero surge otra pregunta más seria. ¿Por qué parece que hay tan pocas declaraciones teológicas en la Biblia? Usted puede leer páginas y páginas sin ninguna declaración de Dios. ¿Por qué la Biblia no dice: “Dios es amor, Dios nunca cambia, se puede confiar en Dios?” Y hemos estado dispuestos a creerlo. Pero, esas son solamente aseveraciones, y la Biblia misma nos advierte en contra de aceptar meras aseveraciones. Necesitamos pruebas. Necesitamos una demostración, y eso nos conduce a la siguiente pregunta que surge frecuentemente: ¿Por qué hay tantos detalles históricos en la Biblia? Y tantos de ellos que parecen ser de tan poca importancia.

Pero si la manera que Dios utiliza es la demostración, es la de involucrarse a sí mismo en los asuntos de los hombres diciendo: “Vean, la forma en la que manejo esas situaciones. Esa es la manera en la que pueden darse cuenta cómo soy”. Si no tuviéramos los detalles históricos, no estuviéramos en la posición de recrear las circunstancias y de comprender por qué Dios tronaba en una oportunidad y hablaba tan suave en otra.

Piensen en el Sinaí por ejemplo. Dios baja a hablar con su pueblo en la montaña, y hay truenos, hay rayos y un terremoto. El pueblo está horrorizado. Dios le dice a Moisés: “Levanta una cerca alrededor del monte. No dejes que el pueblo se acerque mucho. Si alguien se acerca a la cerca, deberá ser apedreado. Si alguien se pasa sobre la cerca, Yo voy lanzar fuego y lo voy a consumir”. Y el pueblo estaba tan asustado que le dijo a Moisés: “No dejes que Dios nos hable, no sea que muramos”.

Y nosotros cantamos: “Más cerca oh Dios de ti, quiero morar” y “Háblame Señor”, pero no al pie del Monte Sinaí. ¿Era ese algún otro Dios o era ese el Hijo de Dios hablándole al pueblo de esa manera, en el Monte Sinaí?

Bueno, tenemos que recrear el momento histórico. ¿Cómo se estaban comportando al pie del monte? Refunfuñando, quejándose e irreverentes. Y la única forma en la que Dios podía ganar su atención, y mantenerla lo suficiente como para decirles algunas otras verdades más acerca de Él, era corriendo el riesgo de asustarlos. Y ustedes saben que cuarenta días más tarde, cuando ya no había más truenos, ellos irreverentemente danzaban borrachos en torno al becerro de oro. Evidentemente Dios había subido la voz tan alto debido a las circunstancias que prevalecían en ese tiempo.

Pero ahora una ilustración de la forma que Dios prefiere para persuadirnos, no negando o reclamando, sino con pruebas, y la encontramos en la historia de Juan el Bautista. Ustedes recuerdan cómo Juan había arriesgado su vida al presentar a su primo Jesús ante el pueblo. Y cuán amable había sido, “Es necesario que Él crezca y que yo mengüe”.

Y Juan estaba en la cárcel. Él escuchaba que Jesús predicaba que uno tenía que visitar a las personas que estaban en la cárcel, pero Él nunca llegó a visitar a su primo. Así que llegó el momento en que Juan envió mensajeros a Cristo. “¿Eres tu realmente el que ha de venir o no? ¿Debemos esperar a otro?” Esa era una pregunta triste.

¿Le contestó acaso Jesús, “Yo soy en verdad y espero que me creas?” Podría haber sido el diablo haciéndose pasar por Cristo. En vez de eso Jesús los invitó a pasar el día con Él. Al final del día ellos volvieron a la cárcel a ver a Juan.

–”¿Y contestó mi pregunta?”
–”No”
–”¿Pero que fue lo que vieron? ¿Qué oyeron?”
Y en la Biblia está registrado, Jesús les dio esta respuesta: “Vayan y díganle a Juan”, (Mateo 11:4 al 6)

“Jesús les contestó: ‘Regresen y díganle a Juan lo que están viendo y oyendo. Los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y los pobres reciben las buenas noticias. Afortunado el que no dude de mí'” (versión Palabra de Dios Para Todos).

Y cuando los hombres llegaron a la cárcel y le contaron a Juan, Juan que sabía lo que decía Isaías 35 e Isaías 61, que anotamos aquí, y dice: “Él es.” ¿Se dan cuenta? No son declaraciones sino pruebas. Esa es la forma en que Dios lo hace y es la única manera confiable.

Así que volvemos a Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Y es inevitable que la pregunta surja, ¿Por qué tanto? ¿Por qué tantos detalles? ¿Por qué tantas representaciones de Dios?” Y entonces recordamos Hebreos 1:1-3, que está en la lista allí.

“En el pasado Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas, muchas veces”, muchas veces en realidad, “y de muchas maneras” muchas, muchas maneras, “pero en estos postreros días Él nos habló por el Hijo”.

Y Hebreos continua diciendo que el Hijo es el reflejo de la gloria de Dios y la representación exacta de su ser.

Bien, si tenemos al Hijo, ¿por qué debemos pasar tanto tiempo en el Antiguo Testamento? ¿Por qué no leer los evangelios? y allí cuán clara es la imagen de Dios. El sermón del monte: “Bienaventurados los pobres”, “orad por vuestros enemigos”, cuán misericordioso el mensaje entero. Y entonces uno mira la forma en la que Jesús trataba a los pecadores, ¡cuán perdonador! ¿Hay alguna arbitrariedad registrada? ¿Hay algo que sea exigente? ¿Algo severo? Veamos cómo trató a Judas. Él lavó los pies de quien lo traicionó la noche antes de su muerte. Y la forma en la que parecía encubrir los pecados de la gente, tanto como le fuera posible. Incluso a los hombres que trajeron a la mujer tomada en adulterio, y que habían arreglado todo. Jesús no los delató ante la multitud.

Y entonces cuando la hija de Jairo fue levantada y la multitud corría afuera del cuarto para celebrar, ¿quién fue el que dijo: “La niña tiene hambre, denle algo de comer?”

La Biblia también dice que el Hijo de Dios asistió al funeral de uno de sus amigos y lloró. Esta no suena como la imagen que el diablo pinta de Dios. Es obvio que en los evangelios Jesús no es el tipo de persona que Satanás ha dicho que es. Y entonces, ¿por qué no nos quedamos solo con el magnífico registro de los evangelios? Sin embargo, mientras uno lee a través de los evangelios, uno no puede evitar darse cuenta del uso que Jesús hace del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Juan 5:39, 40 en la lista.

“Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado porque piensan que las Escrituras les darán vida eterna”. Eso es casi una forma de bibliolatría, adoración de la Biblia, como si hubiera poder en el libro. No, Él dijo: “Esas mismas Escrituras son las que hablan de mí, pero ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida”.

“Pero noten cómo habla Él de las escrituras del Antiguo Testamento, como testificando la verdad acerca de Él. ¿Habríamos de desperdiciarlas? Y noten de nuevo en Lucas 24:27 cómo es que usa el Antiguo Testamento. “Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas”, eso es en realidad cubrir todo el Antiguo Testamento, “les interpretaba en las Escrituras lo que de él decían” (RV 89).

Entonces seguir de verdad el ejemplo de Cristo, es usar el Antiguo Testamento. ¿En dónde creen ustedes que encontró Él su descripción de Dios? ¿Cómo es que conocía a Dios tan bien? Él creció con todos los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento. Desperdiciaríamos demasiado si no los usamos. Así que aquí vamos de vuelta al Antiguo Testamento. Mientras tanto recordemos lo que 2 Timoteo 3:16 dice: “Toda Escritura inspirada divinamente es útil para enseñar”. Veamos cuán útil puede ser en este próximo ejemplo.

La hermosa imagen del Edén. Pero al final de la semana Dios le dice a nuestros primeros padres: “En el día que comas, morirás”. Y ustedes dicen: “Aquí está. Ese es el problema”. ¿Quiso Él decir, si me desobedeces, te mato? Eso suena arbitrario y severo. Sin embargo, ellos fueron expulsados del jardín a la primera ofensa. ¿Qué pasaría si todos los niños fueran expulsados de sus hogares a la primera vez que desobedecen? Tendríamos muchos niños sin hogar en el mundo. ¿Somos nosotros más perdonadores que Dios?

Y entonces el diluvio, cuando Dios ahogó no solo a los pecadores, sino a mujeres, niños y bebés con sus mascotas. Y entonces nos vamos hasta Sodoma y Gomorra, esa horrible quemazón de seres humanos. Y después la esposa de Lot. ¿Cuántas de ustedes damas si dejaran el hogar en donde criaron a sus hijos durante todos esos años quisieran por lo menos dar una mirada más por sobre el hombro? ¿Quisieran? Vean lo que le pasó a la esposa de Lot.

Y después vean todas las batallas. Y Dios dice: “Cuando peleen no maten solo los soldados. Vayan a las ciudades. Entren en las casas. Maten a las mujeres. Maten a los niños. Maten a los bebés. Maten a las mascotas. No dejen vivo nada que respira”. Un día el rey Saúl volvió de la batalla y no había matado a todos. Y Samuel tomó una espada y cortó en pedazos al rey Agag delante del Señor.

No creemos que eso suena como el Nuevo Testamento. ¿Cómo obtendría Jesús la imagen que tenía de su Padre de esas historias? Entonces vemos el apedreamiento de Acán. La peor parte no es si Acán y su familia merecían ser apedreados, sino el que Dios le pidiera a su propio pueblo que lo hiciera. Y “ojo por ojo, diente por diente”, y “el glotón debe ser apedreado” y “el hijo bastardo debe quedar fuera del campamento por diez generaciones”. No es difícil entender el por qué tantas personas no saben que hacer con el Antiguo Testamento. No es sorpresa que uno de los discípulos tampoco supiera.

“Y Felipe le dijo a Jesús, “Jesús cuéntanos acerca del Padre y estaremos satisfechos”. Y Jesús le contestó: “He estado con ustedes todo este tiempo Felipe, y ¿todavía no me conoces?”

Felipe le contestó, como queriendo decirle “No estamos preguntando acerca de ti. A tí te adoramos como el Hijo de Dios. Y para nuestra gran sorpresa no tenemos temor de ti. Lo que queremos es saber acerca del Padre. Queremos saber acerca de aquel que ahogó a todos, menos a ocho y que dijo: “si me desobedecen los mato”. Queremos saber acerca del Dios que mató a los primogénitos en Egipto y los 185,000 asirios, y que mató a Uza cuando tocó el arca, al que convirtió a la esposa de Lot en una estatua de sal, y que abrió la tierra para que tragara a Coré, Datán y Abiram, y que quemó a Nadab y Abiú, y que envió los osos. ¿Recuerdan? Y así sigue la lista. “Jesús, ¿es posible que el Padre sea como tú? Y Jesús le dijo, como en las Escrituras, veámoslo en Juan 14:8, 9.

“Felipe contestó, Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. Y Jesús contestó “¿No me conoces Felipe, aun después de estar entre ustedes por tanto tiempo? Cualquiera que me ha visto, a visto al Padre”.

“Y Felipe, no mal entiendas esas difíciles historias del Antiguo Testamento, creyendo que indican que el Padre es menos misericordioso y accesible de lo que tu crees que soy yo. Resulta que yo soy el que condujo a Israel en el desierto. La orden de apedrear a Acán fue mía. Felipe, ¿por qué no me preguntas por qué lo hice? Me encantaría explicarte. Yo casi que haría a un lado la crucifixión si tan solo ustedes, mis discípulos, me preguntaran”. Y ellos nunca le preguntaron.

Jesús hasta procedió a decirles algo extraordinario. En Juan 16:26, con palabras que la mayoría de cristianos todavía no incorporan a las buenas nuevas, Jesús dijo: “Con toda claridad os hablaré acerca del Padre”. Y las palabras que siguen son las que registramos en la hoja de referencias bíblicas, Juan 16:26.

“Y no os digo que yo intercederé con mi Padre por vosotros, siendo cierto que el mismo Padre os ama” (Torres Amat). Las más sorprendentes palabras en la Biblia. Ya pasaremos suficiente tiempo con ellas más adelante. Ahora, el hecho de que Pablo haya reconocido que fue Jesús el que condujo a los israelitas en el desierto, lo encontramos en 1 Corintios 10:4

“Pues bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo”.

Qué lástima que ellos no le preguntaron a Jesús qué había querido decir con esas palabras. En vez de eso, querían discutir sobre la posición que deseaban tener en el reino. Y puesto que ellos no preguntaron, nos queda a nosotros el hacer la pregunta. “Jesús, ¿por qué diste la orden de apedrear a Acán? ¿Cómo pudiste, amable Jesús, hacerlo? Jesús, ¿por qué estableciste el sistema de intercesión y mediación sacerdotal, si ahora nos dices que no hay necesidad de que intercedas ante el Padre porque el Padre mismo nos ama?” Cómo quisiera que le hubieran preguntado, porque la información más increíble proveniente del mismo Señor estaría contenida en el registro bíblico.

Muy bien, es mejor que empecemos a preguntar ahora. Si preguntamos, qué respuestas más importantes obtendríamos de cada historia, enseñanza y evento de la Biblia, ¿qué nos dicen las historias acerca de Dios?

Afortunadamente, algunos Fariseos le hicieron una pregunta difícil, que nos da una idea de lo que Jesús podría haber dicho en esas ocasiones. Le preguntaron acerca del divorcio. Le preguntaron, “Jesús, tu conoces los textos que dicen que podemos divorciarnos de nuestra esposas. Moisés nos dio permiso. ¿Qué opinas al respecto?”

Y Jesús les explicó el por qué Él le había dado a Moisés instrucciones sobre cómo podían divorciarse de sus esposas, si eso era lo que deseaban. Y sus palabras están en Mateo 19:7, 8.

“Los Fariseos le preguntaron: Entonces ¿por qué Moisés nos dejó una ley que dice que el hombre puede separarse de su esposa dándole un certificado de divorcio? Jesús les respondió: Moisés les permitió divorciarse porque ustedes son muy tercos y no quieren obedecer a Dios. Pero Dios, desde un principio, nunca ha querido que el hombre se separe de su esposa”.

¿Se dan cuenta? En los días de Moisés, cuando un hombre se cansaba de su esposa, solamente la mandaba de regreso a su casa. No tenía que darle ni lo del pasaje en camello, simplemente ¡afuera, que ya tengo una nueva que se muda aquí esta tarde!” Y Moisés les dijo: “Van a hacerlo de una manera más humana”. Pero las verdaderas intenciones de Dios en Malaquías son: “Yo aborrezco el divorcio”. La mayoría de las personas también lo aborrecen. Y esa es la clave a tantos otros problemas que aparecen en la Biblia, en donde parece que Dios recomienda algo. No, Él solamente está acercándose al nivel en que ellos están.

Pero ahora esto trae a colación el principio fundamental de interpretación que debemos utilizar por el resto de nuestras conversaciones, el principio de contexto. Era el contexto, era la ambientación, lo que determinaba el significado de un pasaje bíblico cuando este fue originalmente escrito. En la medida en que podamos recrear y recuperar la ambientación original estaremos en posición de recuperar su significado original. Cuando Pablo dice: “Quisiera que fueran como yo. Cásense si tienen que casarse, pero yo quisiera que fueran como yo”. ¿Quiere decir eso que todos los que estamos casados somos santos de segunda categoría?

No, póngalo en su contexto. ¿Por qué dijo él: “Yo no permitiría a una mujer hablar en la iglesia?” Y ¿por qué el Antiguo Testamento dice: “No hervirás al cabrito en la leche de su madre?” Y cuando usted va al libro de los Jueces. Ocasiona mucha agitación esa temporada en nuestro viaje por la Biblia. Y leemos sobre Sansón, quien lleno del Espíritu mató a mil hombres con la quijada de un asno. Encontramos la historia del rey gordo y el puñal con el que fue atravesado. Y la pavorosa historia del levita y su concubina.

Traje conmigo la peor ilustración que he visto y que muestra el resultado de leer la Biblia de la manera equivocada. Se llama: “La Biblia desenmascarada” [The Bible Unmasked]. Un hombre cuyo abierto propósito era destruir la confianza en la Biblia y en Dios, recopiló todas las historias desagradables de inmoralidad y crueldad que encontró en la Biblia, y las colocó todas, una tras otra después del siguiente prefacio: “Madres, ¿permitirían ustedes que sus hijos lean este tipo de asunto?” Traje la edición más sencilla hoy. Pero tengo una edición más reciente que es ilustrada. Lo mencioné hace más de 30 años, en un salón de clases de la universidad de la Unión del Pacífico, y un estudiante llamado Wynn Paulie, me dio la mejor respuesta que jamás escuché en todos estos años. “Si usted toma un libro de medicina y recorta todas las fotografías de enfermedades, cáncer del labio, de la lengua, etc. y todos los síntomas de las enfermedades y sin más los imprime. Al final tendría una publicación repulsiva e inútil. La única justificación para imprimir ese tipo de cosas es que siempre son presentadas en el contexto de su cura.

La Biblia muestra y describe el pecado de manera abierta. Pero siempre presenta al pecado en el contexto de su cura. De otra manera, la Biblia no sería apta para ser leída. Por eso es que tenemos que leerla como un todo. ¿Sabían que hay dos libros en la Biblia que no mencionan a Dios ni una sola vez?

Pero si usted toma el libro completo y ubica la historia dentro de su gran escenario, esos dos libros: Ester y el Cantar de los cantares de Salomón, dicen cosas maravillosas acerca de nuestro Dios. ¿Se dan cuenta? para ser justo con las pruebas tenemos que leer la Biblia como un todo. O quizás, ¿puedo leerles la declaración que aparece al final de la hoja de referencias bíblicas? Después de viajar a través de la Biblia por más de ciento ocho veces, esta es mi más firme convicción:

“Que el gran propósito de la Biblia es revelarnos la verdad acerca de nuestro Padre celestial, para que en amor y confianza podamos ser atraídos otra vez a Él”. Esta verdad, este evangelio eterno tiene que ser encontrado en cada uno de los sesenta y seis libros. Pero para descubrir esta verdad, tenemos que aprender más que solo lo que le pasó a Sansón y a Dalila, a David y Betsabé, a Gedeón y sus vellones. La pregunta más importante es: ¿Qué nos dicen esas historias acerca de Dios?

Si uno no se hace esta pregunta, la mayor parte del contenido de las Escrituras puede parecer sin ninguna relación con el plan de salvación, hasta puede parecer confuso y algunas veces hasta contradictorio.

Pero cuando uno aprende a ver la Biblia como a un todo, allí surge la imagen consistente de un Dios misericordioso y sabio que parece estar dispuesto a ir tan lejos como sea necesario para mantenerse en contacto con su pueblo, a bajarse al nivel en que ellos estén, a hablar un lenguaje que puedan entender. Y mientras más avanza uno en la lectura, libro por libro, más es uno conmovido en amor y admiración por un Dios que está dispuesto a correr tal riesgo, a pagar tal precio, con el fin de mantener abierta la línea de comunicación entre Él y sus extraviados hijos.

Dios salvará a todos los que confíen en Él. Pero no nos ha pedido que confiemos en Él sin conocerle. La Biblia, toda ella, es un registro de la revelación de Dios y de la demostración de que Él es infinitamente digno de confianza.
Y en el resto de nuestras veinte conversaciones, queremos ver todas las pruebas de esta manera.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
A. Graham Maxwell (GM) y Louis Venden (LV)

(LV): Mientras escuchaba su presentación esta noche, no pude evitar sentir algo así como, como si usted nos estuviera pidiendo mucho, al tener que pensar y estudiar. Hay una calcomanía que colocan en los parachoques de los automóviles y que muchos han visto que dice: “Dios lo dijo, yo lo creo y punto”. Eso suena simplemente sencillo. ¿Por qué no puede ser esa la manera de hacer las cosas? Decir: “Esta es fe de verdad. Si está allí, solo tengo que leerlo y ya”.

(AGM): Bueno, la dificultad surge porque la gente escoge los versículos de la Biblia que pareciera que dicen eso y no leen los demás. Por ejemplo, leyeron en donde dice: “Y gastarás ese dinero (hablando del diezmo) en licor fermentado, y te regocijarás delante del Señor”. O también leemos en otra parte: “Dales licor a los moribundos, y vino a los amargados; ¡que beban y se olviden de su pobreza!” “Dios lo dijo, yo lo creo y punto”. Uno no puede hacer eso en realidad. Por otro lado, puede ser una expresión de humildad y de disposición a aprender, que sería muy encomiable.

Quisiera sugerir solamente, que los que tienen esa calcomanía en el parachoques, vivan a la altura de ella. Porque, ellos leerán todo lo que Dios dice. Van a leer toda la Escritura, en donde se nos advierte del peligro que existe en sólo leer pedacitos fuera de su contexto, sino que la leerán como un todo.

(LV): Entonces usted nos está empujando a buscar el significado. No podemos saltar de texto en texto y decir esto es lo que significan. La imagen completa, como lo expresó tan bellamente al final de su presentación, y en el contexto. Por lo tanto no hay un atajo fácil para evitar este punto.

(GM): La Biblia dice: “Toda Escritura inspirada de Dios”. Así que si lo que la calcomanía quiere decir es –la voy a leer toda [la Biblia]– entonces me siento cómodo con la declaración.

(LV): Entonces usted se siente cómodo con la declaración. ¿Quizás le gustaría sugerir una calcomanía mejor?

(GM): Sí, siempre me he preguntado ¿cuál sería una leyenda apropiada para la calcomanía? para que yo esté dispuesto a ponerla en mi auto.

(LV): Podría mandar a hacer una y ofrecérnosla a todos aquí.

(GM): He pensado en algo así: “Gracias por la evidencia. Gracias por dejarlo tan claro. Y sobre todo, gracias por todo lo que costó”. Necesitaríamos un parachoques bien grande. Como el de un auto de los de antes para que tuviéramos todo ese espacio.

(LV): Tenemos una buena cantidad de preguntas pendientes Graham, y algunas son muy buenas. Hemos dejado algunas para el momento más apropiado. Y parece que esta noche, en la que hablamos de significado y contexto, hay algunas que sería de mucho beneficio que usted contestara.

“Dr. Maxwell, utilizando el modelo de la visión amplia”, parece que esta persona ha estado en las reuniones previas, “¿Cómo puede uno poner lado a lado al aparentemente violento Dios del Antiguo Testamento, con el diluvio, Sodoma y Gomorra, a los que usted se refirió esta noche, con el amigable Dios del Nuevo Testamento y el destructivo Dios de Apocalipsis en el fin del mundo? Póngalos todos juntos.

(GM): Ah, eso fue muy bien planteado. Debimos haber traído almuerzo y desayuno para podernos quedar a considerar eso. La declaración asume algunas cosas, pero que bien vale la pena reflexionar en ellas: Que Dios es siempre severo y violento en el Antiguo Testamento. Aunque algunas de las más tiernas y conmovedoras escenas se encuentran en el Antiguo Testamento. La parábola del viñador: “¿Qué más puedo hacer por tí de lo que he hecho?” Algunas de las cosas más tiernas se encuentran en el Antiguo Testamento: “El Señor es mi Pastor.” Así que el Antiguo Testamento no es totalmente violento, ni el Nuevo Testamento es completamente tierno. Se recuerdan cuando Ananías y Safira engañaron con su ofrenda, murieron allí mismo en el piso de la iglesia. Así es que uno encuentra consistencia en toda la Biblia, y la pregunta debería ser: ¿Por qué la imagen de Dios es tan variada desde el Génesis hasta el Apocalipsis y culminando con el mensaje del tercer ángel que es tan violento?

Yo no sabría cómo manejar eso, excepto al tomarlo como un todo y encontrarme con que es el mismo Dios teniendo que ver con una gran variedad de personas. Cuando somos irreverentes, quizás hayan osos, puede que haya truenos y rayos y terremotos. Miren lo que le pasó a Uza. Y al mismo tiempo yo puedo ver al mismo Dios gentil detrás de todo eso, sufriendo cuando toda esa gente tuvo que ser tratada de esa manera. Pero, ¿qué más podía hacer Él?

Pero no creo que una respuesta rápida podría alguna vez dejar satisfecho a alguien que pensó muy bien en su pregunta antes de hacerla. Tendríamos que sentarnos juntos e ir por todos los sesenta y seis libros. Toma un poco de tiempo, pero no hay atajos en esto. Pero es una pregunta que vale la pena, y yo recomendaría que uno tuviera esa pregunta en las manos mientras lee cada uno de los sesenta y seis libros.

(LV): Esta pregunta queda muy bien aquí: “Satanás mantenía que Dios no podía ser misericordioso y justo a la vez. Hoy Él nos ofrece su misericordia, pero ¿no nos matará después de todo? ¿Acaso no vamos a ser consumidos en su fuego? Si lo hace, entonces ¿cómo le vamos a llamar Dios de amor? ¿Por qué tuvo que morir Jesús? ¿No es la misericordia de Dios suficiente?” Esta es otra de esas preguntas para un mensaje completo.

(GM): Sí, esas son preguntas importantes en realidad. Y esas son las preguntas que tienen que recibir respuesta para que el universo sea un universo seguro. Y por eso es que vemos que ese tema corre a lo largo de todas las Escrituras, pero que llega su culminación cuando Jesús muere. Y por eso es que tendremos una noche entera sobre la evidencia o las pruebas más convincentes y costosas. No hay otra manera de contestar esas preguntas que el que Dios venga en forma humana y muera como Éll murió. Así la perspectiva del gran conflicto no hace de menos la muerte de Cristo. La hace infinitamente más significativa. Porque no hay otra forma de responder esas preguntas y las iremos viendo poco a poco. No hay duda.

(LV): Bien, esta pregunta también es del mismo tipo, hemos recibido un buen número de ellas, y dice algo acerca de las cosas que preocupan de verdad: “Si el carácter de Dios es amor, 1 Juan 4:8, y si Dios nos ama mucho, Juan 3:16, ¿por qué son el dolor y la muerte tan prevalentes en el Antiguo y Nuevo Testamento? y, ¿es Dios el que destruirá al hombre al final? ¿O es acaso el pecado y Satanás los que causan la destrucción? ¿Si Dios es el que destruye, es entonces eso contrario a la Palabra? ¿O es de ambas maneras?

(GM): De nuevo, y eso es vital, yo no podría vivir sin una respuesta a esas preguntas, y uno debe trabajar en ellas. Pero yo no quisiera solo un bonito texto clave, como: “Encontrará las respuestas a esas preguntas en la página 721, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis”. Esas serían meras aseveraciones. El costo de esas respuestas ha sido muy alto.
Ahora bien, acerca de la violencia y lo demás que se encuentra en el Antiguo Testamento. Sabemos que todos sufrimos las consecuencias de esta guerra y llevamos mucho de esto en nosotros, seguro que sí, y el diablo está trabajando. Y hay muchos textos en la Biblia que dicen que cosechamos lo que sembramos, o que quizás Dios esta disciplinando a quienes Él ama. Quiero decir que, son muchas las causas para los problemas y las dificultades. Y me gustaría estudiarlas todas. No espero que haya una respuesta clara para una pregunta tal. Pero la pregunta del millón es: “¿Va Dios a destruirnos al final de cuentas?” Si todo lo que Dios pide de nosotros es amor y confianza, y si no se lo damos, ¿va a destruirnos Él al final? Eso es como que si Dios dijera: “O me aman o los destruyo”. Y si Dios es así, yo no puedo confiar en Él. No me interesa vivir con Él. Y yo no creo que Él sea así, pero costó la muerte de Cristo probarlo. Así que tenemos que ir y ver a Jesús morir. ¿Acaso mató Dios a su Hijo? Por lo tanto, la cruz es la respuesta a todo esto.

(LV): Y de eso vamos a hablar en unas pocas semanas. Ahora, acerca del tema del Diluvio, es un cambio de tema, aunque es parte del mismo asunto central. Hablando del Diluvio, parece ser que Dios no hizo todo bien al principio. Y por eso tuvo que enviar un Diluvio para empezar otra vez de cero. ¿Cómo ve usted eso? ¿Es eso posible?

(GM): Especialmente porque dice que: “Él se arrepintió…” o como algunas otras versiones dicen: “Entonces lamentó Jehová haber hecho al hombre”. Y mientras uno va por los sesenta y seis libros, uno encuentra varias veces que Dios es presentado como que si no estuviera enterado de lo que sucede y sin mucho conocimiento del futuro y hasta no tan observador de lo que pensamos. Por ejemplo, cuando Él viene al Jardín del Edén y pregunta: “¿Dónde estás, dónde estás?” Y Adán le contesta:

–”Estamos por acá”.
–”O gracias, no los podía ver”.

Y también, cuando Él llega con Abrahán, antes de quemar a Sodoma y a Gomorra, le dice: “Abrahán, ahora voy para allá, para ver si en verdad su maldad es tan grande como se me ha dicho”.

Y nosotros siempre hemos vivido asumiendo que Dios recibe muy buenos reportes. Aparentemente no. Él tuvo que venir diciendo: “Tengo que comprobarlo Yo mismo”. Y existen muchas partes en la Biblia como esa, en donde Dios utiliza un lenguaje bien humano. Y podemos entender por qué lo hace, eso es lo que creo. Y ese es el caso del Diluvio: “Le pesó a Dios”. “Lamentó haber creado a los seres humanos”.

Lo que yo entiendo de eso es que, Él sabía eso antes de que sucediera, hasta que llegó el momento en el que solamente quedaban ocho personas en este planeta con las que Él se podía comunicar. Y las respuestas a las preguntas del gran conflicto no habían sido dadas. Y Dios, se vuelve hacia el universo y dice: “Ahora sí voy a poner su fe en mí a prueba. Lo que van ver los sorprenderá”. Y ahoga a todo el mundo, menos a ocho, para preservar un pequeño punto de contacto con la humanidad y así continuar desplegando su plan.

Estoy seguro que el diablo gritó: “¡Falta! Les dije que Él era así. Más les vale que lo amen, de lo contrario Él los ahogará, los quemará, los apedreará, o hará que la tierra se los trague”. El riesgo que corrió al mandar el Diluvio nos indica cuán importante era para Él hacer lo que hizo. El riesgo era tan grande, de no haberlo corrido todo hubiera terminado en aquel entonces. Y todavía no se daban las respuestas. Así que una vez más, el Diluvio tiene que ser puesto en su dimensión completa aquí, con los ángeles viendo. Dios corrió el gran riesgo de ser malinterpretado en ese momento. Pero entiendo que todo era parte de su plan.

(LV): Usted decía que todo habría terminado en ese momento. ¿Quiere usted decir con eso que todo lo que existía era tan malo que se autodestruiría?

(GM): Bueno, tampoco los ocho que se subieron al arca eran muy buenos, ¿se acuerdan? Cam, no era tan virtuoso y su padre no había hecho el voto de temperancia todavía. Esos ocho no se salvaron por ser buenos. Yo creo que se salvaron por haberse subido al arca.

(LV): Muy bien. Buen punto.

(GM): Lo que no se puede es compararlo con la salvación en el tiempo del fin. No es lo mismo. Esa fue una medida de emergencia.

(LV): ¿No había suficientes pruebas en los tiempos del Antiguo Testamento para que la gente reconociera el verdadero carácter de Dios, o tenían ellos que esperar hasta la llegada del Nuevo Testamento para entender?

(GM): Oh, me encanta eso. Claro que sí. En Minneapolis, Minnesota había una organización que enseñaba que el Dios del Antiguo Testamento era Belcebú y que el Dios del Nuevo Testamento era Cristo. Y comparaban el Antiguo y el Nuevo Testamento. Pero cuando uno lee toda la escritura, la imagen que se presenta de Dios en el Antiguo Testamento es la misma que en el Nuevo Testamento. Es el mismo Dios, el mismo Espíritu comunicándose, el mismo Cristo dirigiéndolos a través del desierto. Lo que más me impresiona del Antiguo Testamento es lo bien que la gente conocía a Dios. Sus mejores amigos en la Biblia se encuentran en el Antiguo Testamento. El hombre que Pablo usa para sugerir lo que Dios quiere más en nosotros es Abrahán, del Antiguo Testamento. Y a Moisés se le llama, amigo de Dios. Y vean a Job, Oseas, Amós y otros más como Jeremías e Isaías. Aparentemente el mensaje del Antiguo Testamento es bien claro. De hecho, Jesús creció con el, y aprendió la verdad acerca de su Padre. Así que yo creo que el Antiguo Testamento es magníficamente claro, pero cuando se lee como un todo. Yo no encuentro división entre el Antiguo y el Nuevo, con excepción de que ahora Cristo se presenta en forma humana para confirmar todo lo que se había descrito y anticipado en el Antiguo. Aún su sermón del Monte, todo estaba ya en el Antiguo Testamento. Así es que la Biblia es una unidad, toda ella, los sesenta y seis libros.

(LV): Una vez más es esa unidad la que da respuesta a algunas las preguntas de las estamos hablando.

(GM): Sí

(LV): Muy bien, veamos ahora unas dos o tres preguntas un poco diferentes. Usted habló sobre la santificación. ¿Qué es eso? Si uno acepta a Jesús, con sinceridad, como su Salvador, ¿cómo puede uno alguna vez perderse? Una vez salvo, ¿no es uno para siempre salvo?

(GM): Sí, y a propósito, “santificación” es una de esos términos difíciles en latín. Yo prefiero usar “rectificar”, “mantener recto “, en lugar de “justificar”, “santificar”. Son más fáciles de entender. Uno puede ser rectificado con Dios y uno puede ser mantenido recto por un buen tiempo, pero uno sigue siendo libre de seguir su propio camino si quiere. Y el hecho de que Lucifer siguiera su propio camino es la prueba. Él estaba bien con Dios antes. No había allí rebelión. Y de la misma manera, aun después de que estemos bien con Dios por más de un millón de años en la eternidad, seremos libres de seguir nuestro propio camino.

Esa idea de, una vez salvo para siempre salvo, pertenece a un modelo bien legalista. Ya me pagaron la cuenta, y como ya me la pagaron tengo el derecho de estar aquí. ¡No!, Solamente no ofrezco riesgos para nadie si estoy dispuesto a escuchar, a confiar en Dios, a aceptar su instrucción. Y siempre seré libre de convertirme en un rebelde. Eso hace esto aún más maravilloso, el que los hijos de Dios escogen permanecer leales.

De esa manera, su lealtad tiene un verdadero significado. Su expresión de amor hacia Dios tiene significado. Se dan cuenta, no han sido reprogramados. No se les convirtió en robots. El precio, el costo que fue pagado por Dios para aclarar esas acusaciones indica cuán absolutamente opuesto está Él a sobrecontrolarnos y programarnos para hacernos imposible el seguir cualquier otro camino. Ese es un gran riesgo, pero es evidente que la libertad significa mucho para Dios.

(LV): Graham, hemos tenido aquí un par de preguntas por algunos días ya, y necesitan respuesta. Y tienen mucha relación con el significado de algunas cosas en el Antiguo Testamento. Vamos a verlas rápidamente: “Siendo que Dios es un Dios de amor y aceptación, entonces ¿por qué demandaba Dios los sacrificios de animales? ¿Acaso no era posible para el pueblo de Israel solo pedir perdón en vez de practicar esa ceremonia sacrificial?” Y déjeme unir rápidamente esta otra pregunta, aquí hay alguien que escribe sobre sus hijas, que tienen dieciocho y veintidós años y que han sido vegetarianas desde muy pequeñas, porque quieren mucho a los animales como para matarlos para su beneficio. Pero que cada vez que leen el Antiguo Testamento se encuentran en problemas, porque allí están los sacrificios para el beneficio de Dios. Sabemos que tienen algo que ver con el sacrificio de Jesús, pero ¿por qué tiene que ser Dios apaciguado matando a esos pobres animales?

(GM): Hay muchas cosas que se implican allí. Una cosa es segura. ¿Quién es el que nota cuando un pequeño gorrión cae? Quiero decir que si eso perturba a esas muchachas, ¿cuánto piensan ustedes que eso perturba al Señor? Y de todas maneras fue Él quien estableció ese sistema completo. Tuvo que haber sido importante el hacerlo. Pero tendremos una sesión titulada: “Las medidas de emergencia de Dios”. Todas esas son graves medidas de emergencia consecuencia de una grave emergencia. Y Dios frecuentemente dice, a través de los profetas: “Separados de su significado, yo no quiero sus sacrificios, los detesto”. Toda la sangre y todo el sufrimiento. Dios ama a los animales. Pero para enfatizar un punto muy importante, Él le pidió a Adán y a Eva que mataran el primer cordero. Y nosotros debemos considerar el significado de cada una de esas cosas. Porque si solamente las leemos y no pensamos en su significado, entonces seremos tan ceremoniosos como la gente del Antiguo Testamento que no entendieron por qué lo hacían. Por lo tanto tenemos que preguntarnos, a lo largo de todo el trayecto, ¿por qué haría Dios algo que a Él mismo no le gustaba? Pero que tenía que hacerse. Ya hablaremos de eso más adelante. Pero de manera muy particular, escuché la palabra “apaciguar” allí.

(LV): Sí

(GM): ¿Tenían que hacer algo en Dios esos sacrificios para apaciguarlo? Y desafortunadamente la palabra “propiciación” en Romanos 3 sugiere apaciguamiento. Pero esa no es la palabra que se escribió allí originalmente. Es una traducción lamentable. Ahora, ¿por qué alguien debiera creer en mi palabra al respecto de esto? Tendremos que proveer las pruebas para ello. Que cuando Jesús murió no lo hizo para apaciguar a su Padre y propiciarlo y aplacar su ira. Esa es una idea pagana. “Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo mismo al mundo”, nadie tuvo que ganar al Padre para ponerlo de nuestro lado. Así las implicaciones de ello bien valen la pena algo de estudio serio, y las dos sesiones que tendremos en el futuro: “Las medidas de emergencia de Dios” y “¿Por qué tuvo que morir Jesús?” serán una oportunidad para tratar con amplitud esos temas.

(LV): Muy bien, las estaremos esperando. Aquí tenemos dos que no podemos retrasar más, porque hablan profundamente de lo que a muchos de nosotros nos duele y que nos preguntamos: “La paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna”. “Tengo un primo de treinta años, tiene un tumor maligno en el cerebro y solamente está esperando la muerte. No hay nada, medicamente, que se pueda hacer por él. Todos le dicen: ‘Se hará la voluntad de Dios'”. Pero ahora la pregunta es, “¿Es la voluntad de Dios que uno muera?” Esta persona simplemente no puede aceptar eso y repiten que no lo creen. Yo creo que el pecado ha contaminado el mundo y como resultado tenemos enfermedades y muerte. Así que por favor háblenos un poco de esto, y lo que es más, ¿qué se le puede decir a una persona así?, ¿cómo se habla acerca de la voluntad de Dios?

(GM): Eso es demasiado triste como para dar una respuesta rápida. En ese tipo de momentos, yo creo que uno llega a conclusiones, basado en todo lo que uno ha aprendido y experimentado acerca de Dios a lo largo de los años de estudio de la Biblia, y uno tiene que volver a las cosas que uno tiene bien seguras. ¿Qué es lo que Dios quiere para nosotros? Él quiere que estemos bien. Él nos creó perfectos. Desorden, enfermedad, esas no son cosas que Él hace. Todas ellas son parte del haber quedado atrapados en las consecuencias de esta rebelión.

Pero entonces, uno sabe que Dios puede sanar, es cierto. Y si Él no parece hacerlo ahora, uno se pregunta por qué. Pero si uno dijera, “Dios, me pregunto por qué” ¿se ofendería Él? ¡Ni por un momento!, basado en la autoridad de muchos casos en las Escrituras.

Pero, ¿que Dios quiera que esa persona deba morir? ¿Es Él un Dios destructor? Una experiencia como esa pone a prueba en realidad qué tipo de persona creemos que es Dios. Pero si uno no tuviera esto bien claro, si uno ha aprendido que la oración es una conversación con Dios como con un amigo, entonces el que tiene dudas se sentiría perfectamente libre de caer de rodillas y en verdad hablar con Dios sobre eso y decir: “Dios, esto no lo entiendo. A mi me parece como que si tu fueras así, y esa es la imagen que el diablo tiene de ti, o parece como que si fueras así ¿tu no eres así, no es cierto, o sí? Él no se va a ofender. Él honra ese tipo de preguntas. Y una gran paz llega al darnos cuenta que tenemos un Dios a quien le podemos hacer ese tipo de preguntas, aún en la agonía del momento. Así es que yo pienso que la respuesta es de algún modo larga. Aprender las buenas nuevas acerca de Dios. Pero una cosa es segura, si el Señor estuviera aquí, ¡cuán comprensivo sería!, pero a Él le gustaría aclarar esa idea de que “yo te estoy haciendo eso”.

(LV): Una de nuestras miembros escribió esta pregunta, y ella ha tenido esta duda por muchos años, dice: “¿Podría darnos una razón de por qué un Dios de amor permitiría que una buena dama cristiana sea asesinada? Ella era de mucha ayuda en su pequeña iglesia Adventista del Séptimo día. Era la tesorera de su iglesia. El último sábado de su vida hubo un servicio de consagración en su iglesia. Ella se rededicó a Dios y fue asesinada esa misma tarde en su casa. Ella era la tesorera y tenía el dinero en su casa, y aparentemente esa fue la razón de que alguien se metiera a su casa y de que la mataran”. Y esta persona dice: “La razón por la que sé todo esto es… porque ella era mi hermana”.

(GM): Una vez más, bienaventurada la persona que conoce a Dios muy bien en momentos así. No quiere decir que sepamos la respuesta. Yo no creo que Job supo alguna vez el por qué de las cosas que le sucedieron a él. Todo lo que él sabía era que esos teólogos estaban equivocados. Y esos teólogos llegaron hasta donde Job se encontraba y le dijeron: “No le puedes preguntar a Dios acerca de eso”. Sí, Job estaba clamando a Dios con sentimientos intensos y decía: “Dios ¿cómo puedes hacerme esto? Yo he sido un buen amigo tuyo todo este tiempo, y ahora ni siquiera me hablas. ¿No me lo vas a explicar?” Y los teólogos seguían con sus explicaciones legalistas. Finalmente dijo: “Como quisiera que ustedes hermanos hicieran silencio. Agradezco que hayan venido, pero ustedes no me ayudan. Ninguna de sus explicaciones me sirve”. Él dijo: “Si tan solo yo pudiera hablar con Dios, estoy seguro de que me lo aclararía todo”. Y finalmente el denuedo de sus preguntas hacia Dios alcanzó tal nivel que aquellos tres hombres se preocupaban porque su amigo sería con seguridad desaparecido en ese mismo momento por su atrevimiento a preguntar. Y Dios rompió silencio y dijo: “Job ha dicho de mí, lo que es correcto”. Así que si una persona está luchando con esto, quizás no podamos encontrar, estoy seguro que no podremos encontrar una respuesta para cada cosa absolutamente injusta que pasa en este planeta durante esta emergencia. Pero hay cosas que sabemos con seguridad, el tipo de persona que Dios es, y que Él nos acepta con nuestras preguntas llenas de sentimiento, y ojalá que confiemos lo suficiente en Él como para esperar su respuesta.

(LV): Conocerlo lo suficiente como para confiar cuando no sabemos la respuesta de todas esas cosas.

(GM): Ese es el asunto. Y me gustaría pensar que esa hermana era una santa, no se preocupe por ella. Ella se levantará en la resurrección y va a preguntar, ¿qué estoy haciendo aquí? No va a tener quejas. Va a estar buscando a su hermana.

(LV): Díganos unas palabras finaldes sobre nuestro tema del próximo viernes.

(GM): Estaremos tratando sobre el asunto de la autoridad, que es en realidad la esencia del gran conflicto, pero cómo Dios habla de esto es lo más impresionante. Infinito en autoridad y en poder, y aún así no piensa en intimidarnos o abrumarnos.

(LV): Muy bien, esperamos verles a todos aquí.

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